Page 96 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Volumen 1
Prólogo a la primera edición
mismas notas de la Carta, redactadas por Viscardo o en las que, a lo sumo,
puede aceptarse algún añadido de Miranda.
J. J. A. Segura, coincidiendo con Mariluz Urquijo, hace un minucioso
cotejo de estilo y vocabulario entre la proclama y otras páginas de Miranda,
para llegar a la conclusión de que es el caraqueño su indiscutible autor.
El mismo Segura propone la fundada hipótesis de que la edición por-
teña de la Carta se hace a comienzos de 1816, en todo caso antes de la De-
claración de la Independencia el 9 de julio de 1816, porque de lo contrario
alguna nota o referencia se habría hecho en el impreso a tan trascendental
acontecimiento. Mas aun, cree que los editores lanzaron en Buenos Aires el
manifiesto de Viscardo precisamente para incitar al Congreso a una declara-
ción a la que parecían reacios o vacilantes, a pesar de las demandas que en tal
sentido habían hecho Belgrano oralmente y San Martín en for¬ma epistolar.
Si así fuera, los editores habrían tenido razones suficientes para considerar la
Carta de Viscardo como un texto políticamente eficaz en esa coyuntura.
El breve folleto fue estampado en la Imprenta de la Independencia,
establecida en 1815. Su director a la sazón era nada menos que el Pbro. Ra-
món Eduardo de Anchóriz, el porteño que como Castelli, Moreno y Mon-
teagudo había estudiado en la Universidad de Charcas, donde según algunos
historiadores ya en 1802 se tenía conocimiento del manifiesto viscardiano;
el mismo Anchóriz que en 1810, siendo mayordomo del Arzobispo de Lima,
había conspirado con el neogranadino López Aldana, el Dr. Pérez de Saravia y
sus paisanos el Pbro. Cecilio Tagle, un yerno de Martín de Alzaga, un sobrino
del Dean Funes y el impresor Guillermo del Río, en un movimiento que ha
pasado a nuestra historia con el nombre de la conspiración de los porteños.
Enviado a Cádiz por el Virrey Abascal bajo partida de registro, Anchóriz co-
noció allí a San Martín, obtuvo su libertad y reincorporado a su patria formó
en 1813 parte de la Asamblea Constituyente como diputado por Entre Ríos.
En esa misma imprenta saldría poco después, a cargo del Dean Funes, el órga-
no del Congreso de Tucumán.
El ejemplar de la edición bonaerense de la Carta que reproducimos
facsimilarmente ostenta el sugestivo valor adicional de la firma en la portada
del general Alvarez Thomas, el arequipeño que llega a ser Director Supremo
de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que sin duda conservaría con espe-
cial interés y aprecio el legado espiritual de su paisano. Ese ejemplar pasó luego a
propiedad del bibliófilo de Buenos Aires Dr. Oscar E. Carbone. Posteriormente
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