Page 77 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán
                    Puede hablarse, como afirman Lohmann Villena y Macera, de un ciclo
            político y literario de Túpac Amaru que abarca los dos últimos decenios del
            XVIII y los dos primeros del XIX y que por tanto llega a los estadios finales de
            la guerra emancipadora. La intentona descabellada de Aguilar y Ubalde en el
            Cuzco en 1805, en la que participan indios, mestizos, criollos y hasta peninsu-
            lares; la revolución otra vez del Cuzco en 1814 en la que los hermanos Angulo
            llaman al cacique Pumacahua, otrora perseguidor del de Tinta, para que como
            representante de la aristocracia indígena encarne el carácter nacional del le-
            vantamiento, y que en su momento arequipeño, con Mariano José de Arce,
            intenta tomar contacto con los criollos patriotas de Vega del Ren y Riva-Agüe-
            ro, a la sazón dominantes en el Cabildo constitucional limeño; los discursos
            de Dionisio Inca Yupanqui en defensa de sus paisanos y las apelaciones de
            Morales Duárez a la gran patria que a nadie excluya, en las Cortes de Cádiz;
            el sugestivo proyecto llamado Plan del Inca, que se debate en el Congreso del
            Tucumán y recibe el apoyo entusiasta de Belgrano, Güemes y aun San Martín
            y que intenta ampliar a toda la América del Sur la consolidada independencia
            de las Provincias Unidas del Río de la Plata, trasladando la capital al Cuzco y
            rodeando a la nueva federación de símbolos incásicos, que por cierto recuer-
            da al anterior proyecto aireado por Miranda en Europa precisamente en los
            días de Túpac Amaru; la publicación en Buenos Aires, casi al mismo tiempo,
            de un interesante panegírico de Condorcanqui y la segunda edición hispano-
            americana de la Carta de Viscardo, con una proclama del propio Miranda;
            todo, en fin, delata esa continuidad anímica, esa solidaridad de inquietudes
            e ideales entre los orígenes y el clima espiritual de las campañas finales de la
            independencia. Si por las modernas técnicas de la fijación y conservación de
            la tradición oral pudiéramos convertir en fuente plenamente histórica el tes-
            timonio que los mayores de las comunidades de indígenas escucharon de sus
            padres y abuelos y sobre todo de los descendientes de las principales familias
            indígenas del sur peruano, de las familias de los caciques desposeídos por Bo-
            lívar que en el siglo pasado dejan sus aldeas y van a formar las clases medias y
            altas de esa región en el Perú republicano, recibiríamos sin duda una prueba
            elocuentísima, plena de sugestiones para rastrear en la historia y en el mito,
            de la perduración de la memoria de Túpac Amaru en el espíritu de nuestro
            pueblo y en las diversas y más hermosas expresiones de su idiosincrasia.
                    El movimiento de liberación indígena adquiere a partir de Túpac
            Amaru un sentido nuevo, una proyección que le permitirá correr paralelo y



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