Page 76 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Volumen 1
                                                                    Prólogo a la primera edición
            en el Consejo de Indias su carrera en la Audiencia de Lima y en la Universi-
            dad. Hay cartas en que el Virrey Croix denuncia ante Madrid la sospechosa
            conducta del profesor limeño. Sin embargo de su cambio de posición a un
            autonomismo fidelista, en su Dictamen sobre la Pacificación del Perú, de 1814,
            que es como su testamento político, reitera la defensa de la causa de los indios
            de su patria, y alega ante Fernando VII por su derecho a la tierra y a la justicia
            tributaria, en una actitud que no se explicaría sin una íntima adhesión a la
            idea nacional peruana.
                    La colaboración que Túpac Amaru recibe y la resonancia que encuen-
            tra entre los criollos, no está aun totalmente esclarecida.
                    Pero, además, la reacción metropolitana ante el levantamiento no afec-
            tó sólo a las masas indígenas, por la proscripción del quechua, las obras del
            Inca Garcilaso y cuanto mantuviera vivo el recuerdo del pasado incaico, por
            la nueva actitud ante los caciques y su educación, por los intentos de una más
            rápida hispanización. Afectó también a los otros sectores. Sin duda alguna
            agudizó las tensiones entre criollos y peninsulares y ahondó las frustraciones
            de aquellos, haciéndolos asumir muchas de las demandas del cacique cusque-
            ño, que, como el Cid, ganó varias batallas después de su muerte. El régimen
            de las Intendencias iniciado en La Habana varios lustres antes, y continuado
            con fuertes resistencias en Nueva España, sólo llega a Buenos Aires en 1782
            y su implantación en el Perú se decide en 1784, al comienzo del período de
            Croix, durante la Visita de Escobedo. El nuevo sistema agrava el centralismo
            y el fiscalismo y amplía la cuota de peninsulares en la administración con el
            consiguiente desplazamiento de los criollos, ahora todos ellos poco menos
            que sospechosos para la corona. Las actitudes antiamericanas del ministro
            Gálvez, no distinguen demasiado entre indios, mestizos y criollos a la hora de
            fortalecer el régimen metropolitano. La débil rectificación de esta conducta en
            el último decenio del s. XVIII, contra la cual alertará Viscardo a los criollos en
            su posterior Carta, por engañosa e insincera, no cambia la situación.
                    La rebelión de Túpac Amaru, en la culminación de un largo proceso
            de movimientos indígenas, fue seguramente el último predominantemente
            quechua y el primero que intenta aglutinar a otros sectores; y al mismo tiem-
            po fue la más peligrosa de las varias explosiones antifiscalistas de esos lustros,
            que resumían el general descontento, el estímulo para otras posteriores, y el
            secreto aliento en la lucha por la liberación de las masas campesinas.





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