Page 133 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán
Bolivariano, de Lima. El trabajo de Mostajo escrito en 1926 para la revista El
Derecho, órgano del Colegio de Abogados de Arequipa, apareció primero, con
retraso de cuatro años, en el último número del citado Boletín del Museo Bo-
livariano. Ambos ensayos aportan interesantes noticias sobre el linaje arequi-
peño de los Viscardo. El estudio de Mostajo, el poeta e historiador postromán-
tico y modernista de Arequipa, tiene mayor significación y aparece en 1930
con unos «parágrafos adicionales» en que se publica la partida de bautismo
de Viscardo y se hacen algunas precisiones al artículo de Vargas Ugarte, sobre
todo respecto a la geografía arequipeña. Mostajo pone fin a su sagaz ensayo
con un soneto de su inspiración que no ha sido luego muy difundido y que,
junto a los siempre citados versos de Bello, constituye hasta ahora el principal
homenaje poético a la memoria de Viscardo:
Del nido americano, que delicias encierra,
porque era, te exilaron, Loyola un negro azor:
en lo hondo te llevaste el sol de tu alma tierra
y tu volcán sentiste debajo tu fervor.
Allá, en Albión brumosa, en que el hado te aferra,
cuántas veces ¡ay! cuántas, un suspiro de amor
volaría, como ave migradora a tu sierra
y tu alma quedaría temblante y sin calor.
Y el sol que te llevaste y el volcán que sentías
la progenie criolla de repente alumbraron
con llamas que eran lenguas de tórrida verdad.
Tu Carta, en la tiniebla trazando áureas estrías,
el verbo fue de América, y sus ecos formaron
el trueno de Ayacucho, fiat de libertad.
Cuatro años más tarde Vargas Ugarte volvió al tema dedicándole un
capítulo de su libro Jesuitas peruanos desterrados a Italia (Lima, 1934) en el
cual aprovechaba las investigaciones de los eruditos arequipeños por lo que
se refiere a los datos de la familia e infancia de Viscardo y, además, presentaba
una primera bibliografía de la Carta como uno de los apéndices de ese libro.
La publicación del Archivo de Miranda, a partir de 1929, renovó el
interés por el huidizo personaje. Fue el historiador norteamericano William
Spence Robertson quien en su Vida de Miranda (Buenos Aires, 1938 y 1947)
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