Page 121 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán
            diciéndole que «un joven peruano» marcha en marzo de 1799 a América con
            correspondencia y recados suyos. En efecto, Baquíjano salió de Madrid hacia
            su patria en esa fecha, pero largas peripecias, como lo hemos relatado en otro
            sitio, lo detuvieron en Cádiz hasta enero de 1802.  En su larga estación gadi-
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            tana pudo leer y meditar sobre el incendiario panfleto de su paisano. Pero en
            verdad Baquíjano no requería del alegato de Viscardo para desarrollar, como
            jurista que era, su propia idea de la constitución política indiana y de los dere-
            chos de sus congéneres los criollos. Las desarrolla en la misma línea de Mier y
            Talamantes en su Elogio del Virrey Jáuregui (1781), en sus diversas colabora-
            ciones en el Mercurio Peruano (1791-1795) y sobre todo en su Dictamen sobre
            la pacificación de América (1814); e incluso debió proporcionar argumentos a
            su secretario el rioplatense José Antonio Miralla para los artículos polémicos
            que el criollo cordobés publicó en el Diario y el Mercurio español, de Madrid,
            en agosto y setiembre de 1814, refutando, con una autoridad jurídica y una
            erudición que tienen que extrañar en el joven y bohemio poeta, un escrito de
            don Benito Ramón de Hermida titulado precisamente Las Américas son con-
            quista de España.  Y, en fin, aunque escrito en 1811 y sólo publicado en Lima
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            en 1820, el otro gran testimonio peruano de esta línea de pensamiento sería el
            discurso de Mariano Alejo Alvarez en el Colegio de Abogados de Lima.
                    Sui generis lascacismo; interpretación liberal de la historia de Espa-
            ña que impugna el absolutismo de los Austrias y exalta los conculcados fue-
            ros aragoneses y el espíritu de libertad que demostraron Holanda y Portugal
            frente a esa dinastía; visión del proceso colonizador español desde la realidad
            americana; persistencia de las doctrinas escolásticas y concretamente surecia-
            nas sobre el origen del poder civil y la soberanía; y énfasis en la gesta de los
            conquistadores, sus ascendientes, con quienes se inicia un pacto consolidado
            y enriquecido por la legislación y los usos hasta convertirse en un verdadero
            Código de Indias, cuya violación por la corona justifica jurídica y política-
            mente la independencia. Todo esto aparece unido y yuxtapuesto en el breve
            texto de Viscardo, con heterogeineidad y eclecticismo por lo demás propios
            de las construcciones ideológicas del XVIII. Pero hay naturalmente, además,
            influencia más o menos profunda y utilización de la terminología de la ilus-
            tración y del enciclopedismo.

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            144.  César Pacheco Vélez, José Baquíjano y Carrillo en Cádiz (1799-1802), pp. 540-542.
            145. José Antonio Miralla y sus trabajos, recopilados por Francisco J. Ponte Domínguez, La Habana,
            1960, pp. 313 y ss.


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