Page 116 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Volumen 1
Prólogo a la primera edición
La crítica de Viscardo del monopolio económico de los comerciantes
primero de Sevilla y luego de Cádiz, constituyen a juicio de Giménez Fernán-
dez, una habilísima interpretación de la doctrina escolástica del justiprecio.
Y la doctrina de la dignidad de la persona humana como fundamento de la
sociedad y del Estado, que viene de Santo Tomás y de Suárez y constituye el
núcleo esencial del pensamiento social de la Iglesia, se expresa nítidamente en
Viscardo cuando afirma:
«La conservación délos derechos naturales, y sobre todo déla libertad y seguridad de las per-
sonas y haciendas, es incontextablemente la piedra fundamental de toda sociedad humana,
de qualquiera manera que esté combinada. Es pues una obligación indispensable de toda so-
ciedad, ó del gobierno que la representa, no solamente respetar sino aun proteger eficazmente
los derechos de cada individuo». 134
Viscardo expone dramáticamente el caso de la expulsión de los cinco
mil jesuitas de España y América como un caso de flagrante violación de la
seguridad pública. Y, más grave aun, el hecho de que tal medida se haya con-
sumado sin mediar explicación alguna que la justifique:
«Si el gobierno se cre obligado á hacer renacer la seguridad pública, y la confianza de la na-
ción en la rectitud de su administración, debe manifestar, en la forma jurídica mas clara, la
justicia de su cruel procedimiento... Y en el intervalo esta obligado á confesar el crimen que
ha cometido contra la nación, violando un deber indispensable y exerciendo una implacable
tiranía». 135
Y en seguida hace, a juicio de Giménez Fernández, una terrible formu-
lación de la doctrina agustiniana condenatoria de la insensibilidad social ante
la injusticia contra el projimo, que mas recientemente han reiterado, entre
otros, De Maistre, Vásquez de Mella y Berdiaeff:
«Mas si el gobierno se cree superior á estos deberes para con la nación; qué diferencia hace
pues entre ella y una manada de animales, que un simple capricho del propietario puede
despojar, enajenar y sacrificar? El cobarde y tímido silencio de los Españoles, acerca de este
horrible atentado, justifica el discernimiento del ministerio que se atrevió a una empresa tan
difícil como injusta...».
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134. P. 26, párrafo 2º.
135. p. 27, párrafo 2º.
136. p. 27, párrafo 3º, p. 28, párrafo 1º.
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