Page 112 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Volumen 1
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            lo afirma, Batllori prefiere «dejar este problema abierto, sin dar mayor posi-
            bilidad a la tesis de Menéndez Pidal que a la contraria».  Y con muy buen
                                                                   116
            criterio, añade: «mientras no se encuentre el autógrafo o al menos el original,
            de Viscardo, no se podrá hallar ningún argumento apodíctico para resolver
            con certeza ni esta cuestión ni la aparente aporía entre el ideario de la Carta y
            el texto alegado en su última nota».
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                    Por nuestra parte planteamos la posibilidad de que el asunto pueda
            resolverse atribuyendo a la mano de Miranda todas las citas o apostillas que
            aparecen a pie de página en la Carta, no sólo las dos que hasta ahora se le han
            atribuido. Las referencias bibliográficas de las citas textuales que leemos en el
            mismo cuerpo de la Carta, —los Comentarios del Inca Garcilaso o los «comen-
            tarios» de Jerónimo de Blancas—, incluidas las páginas, aparecen en ambos
            casos antes de las transcripciones. La excepción sería la cita de El Espíritu de
            las Leyes, en que la referencia al Lib. 21 cap. 22 está colocada al calce.  En
                                                                                 118
            todo caso hemos de admitir el peculiar lascaciscero de Viscardo, lascasismo
            en cierto modo contradictorio, como lo fue, por lo demás, el del siglo XVIII.
                    Tampoco cita Viscardo a otros autores europeos imbuidos del espíritu
            antiespañol que caracteriza la segunda mitad del siglo XVIII y que confieren
            nuevo auge a la leyenda negra, como Marmontel, Raynal y tantos otros. La His-
            toria filosófica y política de los establecimientos y del comercio de los europeos
            en ambas Indias (1771), fue, a pesar de la superficialidad y confusión que le
            atribuye Valjavec  un libro importante, muy difundido y que nutrió el senti-
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            miento antiespañol de los americanos y de los europeos que apoyaron la sece-
            sión. Viscardo no cita a su autor, Guillermo Tomás Raynal (1711-1796), pero
            es muy probable que lo haya leído pues por lo que se refiere a la colonización
            española de América, tema fundamental en la polémica histórico-filosófico de
            la Ilustración, Raynal resume con los mas sombríos tintes los argumentos que
            se dan ya en Voltaire, Marmontel, De Pauw, etc.
                    Salvador de Madariaga, que reconoce en la Carta de Viscardo el «pri-
            mer manifiesto abogando abiertamente por la independencia del Nuevo Mun-
            do» y que califica a su argumentación de «vigorosa»,  cree que es una síntesis
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            116.  Del abate Viscardo a Monseñor..., p. 371.
            117. Ibidem.
            118. p. 20, párrafo 1º.
            119. Fritz Valjavec, Historia de la Ilustración en Occidente, Madrid, Rialp, 1964, p. 22.
            120. Cuadro Histórico de las Indias. Introducción a Bolívar, Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 1950, pp.
            774 y 775.


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