Page 82 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Volumen 1
Prólogo a la primera edición
de Minería y que continuaba en los días de la rebelión de Huánuco. Queipo
fue autor de un «papel o proclama sediciosa» en el cual se hablaba de «una
sublevación en aquel lugar»; y la Lope fijó en lugares públicos y en la propia
casa del Subdelegado un pasquín, calificado por Ulloa de «asqueroso y obsce-
no», en el cual se le amenazaba «en la copla o mote en que está escrito» y que
fue «pintado con su propia indecente sangre», hechos todos que aparecían
probados en el juicio sumario. La gravedad del delito, según el Subdelegado,
se acrecentaba porque «inducía o incitaba a una sublevación en aquellas crí-
ticas circunstancias en que en Huánuco y varios lugares circunvecinos había
prendido la incendiaria y devorante llama de la insurgencia a que sin duda
provocaban y convidaban esos pasquines».
José María de Ulloa alega en su defensa, además de su distinguido
origen y prosapia y sus propios merecimientos, los grandes y esclarecidos ser-
vicios «que hizo a la Monarquía, y aún a todo el Mundo, su benemérito Padre,
el Excelentísimo Señor Don Antonio Ulloa, Teniente General de los Reales
Ejércitos». A todas luces, el Subdelegado debió ser hijo del sabio académico
D. Antonio Ulloa, no empece que Mendiburu sólo cita al Teniente General de
Marina D. Francisco Javier Ulloa, Gobernador de Huancavelica.
El documento XXVIII, D604 de la Biblioteca Nacional del Perú,
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consta de 35 fs. n. y comprende los autos seguidos en 1818 por el Sargento de
Milicias Pío Miraval sobre exoneración del pago de costas y es, por lo tanto,
concurrente a los procesos de la rebelión de Huamalíes y al documento XXVI
de esta colección. Miraval ofrece una nueva sumaria información en la cual
se precisa la confusión habida entre su persona y la del reo convicto por la in-
surrección de Huánuco, D. José Mirabal, y se confirma que no quiso acogerse
al indulto general porque no se consideraba culpable ni quería aparecer como
traidor al Rey, terminando la Real Audiencia por resolver a su favor.
En este expediente afloran otros datos sobre los sucesos de la rebelión
en Huamalíes. Insurge, asimismo, la figura del General de los facciosos, Nor-
berto Aro o Tupaamaro, con ese apelativo que comportaba el mejor pendón
de rebelión, seguido de una gran multitud de indios y escoltado por dos de
sus acólitos; y, según declara Pío Miraval, después de una serie de lances y
reñidos combates, logró apresarlo y gracias a su empresa «fue conducido al
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43. Titulado «Oficios de Pio Miraval para que se le declare no estar obligado al pago de costas causadas por la insurrección de Huánu-
co de 1812» se encuentra en el quinto volumen de la presente edición [Nota del Editor].
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