Page 76 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Volumen 1
                                                                    Prólogo a la primera edición
            Domingo Camesella, por el saqueo general de la ciudad. En la parte superior
            de la carátula de este expediente se indica: «7° que comprehende la Sumaria»;
            y al final de la misma se precisa: «Es la Sumaria N° 8». Comprende en efecto
            la sumaria N° 8, mencionada por González de Prada en su Informe y es par-
            te de los autos de la insurrección de los Partidos de Huánuco y Panatahuas.
            Constaba originalmente de 230 fs., pero en la actualidad sólo abarca 229 fs.,
            habiéndose perdido el último folio. Conviene indicar que González de Pra-
            da no especifica en su precitado Informe los tres cuadernos que en realidad
            comprendía esta Sumaria. A fs. 95 v., empieza el cuaderno 2°, de «confesiones,
            citas y cargos», y a fs. 194 el 3° «corriente», integrado por las órdenes de pri-
            sión, embargos, acusación fiscal y defensas de los encausados; todos ellos con
            numeración continua y sin interrupción del texto. Es de advertir, finalmente,
            que se remite al Virrey, como parte de los autos principales y para su resolu-
            ción final.
                    Este expediente es un testimonio elocuente para el análisis socioeco-
            nómico de la rebelión huanuqueña. De las prolijas especificaciones de los tes-
            timonios, y no empece sus ostensibles contradicciones, afloran datos, en apa-
            riencia diminutos, pero que pueden servir de fehaciente fuente para futuras
            indagaciones de la economía y sociedad de la Provincia. Se verifica, asimismo,
            la participación colectiva en esos tumultuosos saqueos, de todos los estratos
            sociales, sexos y edades, y de los forasteros que vinieron atraídos por la ola
            vandálica, pero con predominio casi absoluto de la indiada.
                    En líneas generales, todos los saqueadores que no integraron las masas
            indias, alegan que se limitaron a recoger las especies arrojadas por los indios
            en pleno estado de beodez, y que habían cumplido con devolverlas a sus legí-
            timos dueños, o que las entregarían al depositario general. Los perjudicados
            por los latrocinios, en gran parte comerciantes o hacendados, se querellan
            con los pueblos indios, y de las razones presentadas por los damnificados, así
            como de los testimonios, se observa que los indios se apoderaron, preferente-
            mente, de ganados, herramientas, menaje doméstico y diversas especies, tales
            como alimentos, tabaco, chocolate, velas, sebo, cuchillos, espejos, ropa y telas.
            En los actuados sobre embargos casi no se hallaron bienes de los inculpados
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            36. Titulado «Autos criminales contra las personas involucradas en el saqueo de Huánuco» se encuentra en el tercer volumen de la
            presente edición [Nota del Editor].
            37. Ahora llamado Archivo General de la Nación. [Nota del Editor].



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