Page 108 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Volumen 1
                                                                    Prólogo a la primera edición
            siempre en bazas encontradas, se asimilaban a la casta de españoles o de in-
            dios, no sólo en razón del porcentaje étnico, sino de su coyuntura de tipo so-
            cioeconómico que se acusa como factor de diferenciación. De allí también los
            frecuentes y ambiguos términos de «blanco mixto», «parece blanco», «indio
            criollo», «indio mixto», «clan mestizo», «blanco indio».
                    Las distinciones, derivadas del ordenamiento legal, se mencionan, asi-
            mismo, en los documentos. Se emplean en los diversos textos procesales las
            clasificaciones de «casta mestiza», «casta española», «casta india». Por lo que
            respecta a las razas de color y mezclas derivadas, casi no aparecen en los pro-
            cesos, salvo algunos mulatos y cuarterones de mulatos libres. El calificativo de
            «zambo», empleado algunas veces, no comporta necesariamente una variedad
            étnica porque se solía también aplicar como hemos ya indicado a los pobladores
            de algunos curatos de la Provincia de Huamalíes, en razón de su color más oscuro.
                    Es difícil discernir, sólo a base de esta documentación, el significado
            preciso del término «cholo», frecuentemente empleado en los procesos de la
            rebelión. Hipólito Ruiz, al tratar de la ciudad de Huánuco, enumera en su
            población a blancos, mestizos, indios y cholos. Las acepciones de esa deno-
            minación varían, como bien es sabido, y se considera como cholo, a base de
            un criterio étnico, al mestizo o indio amestizado, o, con sentido regional, al
            serrano; o, inclusive, al indígena aculturado. En la rebelión de Oruro de 1781,
            se habla de «cholos patricios que más son sambos e indios». Ciñéndonos a los
            documentos de esta colección, cabe observar que ese término se aplicaba a
            los criollos o «patricios» huanuqueños más bien con sentido peyorativo, pero
            correspondía en su acepción más precisa a los mixtos o amestizados.
                    Aparte de los casos señalados, se individualiza en los procesos a los
            indios gentiles o infieles de las montañas, con status y modos de vida diversos
            a los incursos en la órbita hispánica, y que prácticamente se encuadraban en
            formas sociales y económicas primitivas.
                    Los expedientes de la insurrección ofrecen también información sobre
            los tipos sociales y los oficios y ocupaciones demostrativos de la vida y trabajo
            de esos grupos. Los europeos españoles y los americanos o criollos concurrían
            en la explotación de haciendas o chácaras, en las estancias ganaderas y en el
            ejercicio del comercio; participando, asimismo, de estos tipos ocupacionales
            los mestizos que por su nivel socioeconómico se identificaban a estos estratos
            sociales. La plebe mestiza e india, ejercía los más variados oficios e integraba
            el salariado urbano y rural. Aunque la documentación no comporta datos sobre



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