Page 113 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Huánuco de 1812
            o moliendo cañas en la montaña; y no falta el interesante dato, de contenido
            ancestral institucional, sobre los sembríos por mitimaes que se quedaban en
            las chácaras hasta recoger las cosechas.
                    Geografía y toponimia locales.— Los documentos de la insurrección
            huanuqueña aportan apreciable material para la Geografía y toponimia loca-
            les. En los copiosos actuados figuran todos los pueblos de la doctrinas y sus
            anexos de los Partidos insurreccionados, buen número de los de Tarma y Jau-
            ja y no pocos caseríos, haciendas, estancias, chacras y obrajes. Se consignan
            datos sobre itinerarios, distancias, rutas y caminos no sólo de esas Provincias,
            sino en relación con la capital limense y otros Partidos de la Intendencia.
                    Se perfila en esos documentos, sobre todo en los que se refieren a la
            Expedición Pacificadora, el ambiente geográfico de los valles, quebradas, me-
            setas, punas y montañas, las condiciones climatológicas de esas diversas regio-
            nes naturales, como cuando se describe la noche oscura y nubiosa del campo
            de batalla de Ambo, o las penurias del ejército realista en su paso del Cerro a
            Huánuco y los detrimentos sufridos en los víveres del ejército por esas mismas
            condiciones.
                    Los productos regionales, recursos naturales, la geografía agraria y la
            urbana, son otros tantos tópicos en relación con los cuales se puede acopiar da-
            tos de interés en los expedientes de los saqueos y de indemnización de bienes.
                    Aspecto importante es el que corresponde a los nombres geográficos.
            En los expedientes de los procesos se mencionan determinados lugares geo-
            gráficos, pueblos, haciendas, estancias que no figuran en el Diccionario de
            Alcedo y Herrera, ni en los posteriores de Paz Soldán, Stiglich o Tarazona.
            Las propias relaciones geográficas, entre ellas las del «Mercurio Peruano» y
            Cosme Bueno, y los trabajos de valor referencial, como el de Hipólito Ruiz, a
            menudo no ofrecen luces al respecto. Se trata de nombres geográficos que han
            desaparecido o cuyas variaciones, de diverso orden, dificultan su actual iden-
            tificación. Desde este punto de vista, la documentación de esta insurrección es
            una fuente que bien convendría valorizar.
                    La literatura subversiva.— Los pasquines, proclamas y poesías, a me-
            nudo en lenguas vernaculares característicos de todos los movimientos insur-
            gentes en América, tienen una larga filiación histórica en los motines y rebe-
            liones precursoras peruanas, alongándose hasta los días de la Emancipación.
                    Romances y literatura anónima de ese tipo se propalan, entre otras, en
            la conjuración de indios de Huarochirí, el año de 1750, en el levantamiento



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