Page 495 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
                                  y desde allá con ahínco soberano
                               protege la honradez del pueblo indiano.

                    Apodérase Morelos de la ciudad de Oaxaca y al día siguiente hace ju-
            rar al rey con gran lujo y solemnidad.
                    Caracas en oficio a la primera Regencia dice: «Aunque la suprema jun-
            ta conservadora de los derechos del señor don Fernando VII en estas provin-
            cias de Venezuela, ha sido constituida para no reconocer otra soberanía que
            la de su real persona, o la que lo represente por el voto unánime y general de
            todos los españoles de ambos hemisferios; no ha roto por eso los vehículos de
            unión y fraternidad que existen entre los españoles europeos y americanos, a
            quienes mirará siempre como hermanos y vasallos del desgraciado rey que ha
            jurado Venezuela».
                    Para quitar todo motivo de sospecha de ser otros sus designios, ocurrió
            esa capital como se ha dicho al gabinete de Londres solicitando su protección y
            garantía, y la primera proposición es ésta: «Venezuela como parte integrante del
            imperio español se halla amenazada por la Francia, y desea apoyar su seguridad
            en la protección marítima de Inglaterra, el gobierno de Venezuela la desearía
            también que por el de S.M.B., se le faciliten del modo conveniente los medios
            que puedan serle necesarios para defender los derechos de su legítimo soberano,
            y para completar sus medidas de seguridad contra el enemigo común».
                    No fueron otros los sentimientos que animaron a los habitantes del
            Río de la Plata; publicada la formación de su junta el siguiente día convocan
            a los que la componen con el fin de que en la sala capitular juren usar bien
            y fielmente sus cargos, conservar la integridad de esa parte de los dominios
            de América para su amado soberano el señor don Fernando VII, y sus legíti-
            mos sucesores, y de observar puntualmente las leyes del reino; y contestando
            al ayuntamiento de Montevideo le escribe: «Ambos pueblos reconocen a un
            mismo monarca, la junta ha jurado al señor don Femando VII, y morirá por
            la guarda de sus justos derechos».
                    Chile en su proclama se explica de este modo: «Después que el congre-
            so representativo del reino ha proclamado sobre las mismas aras la religión de
            Jesucristo, ha jurado pública y solemnemente fidelidad al adorado Fernando».
                    El Nuevo Reino de Granada se anuncia en iguales términos: Cartagena
            no se aparta de esos leales sentimientos al monarca; y la provincia del Socorro
            la primera en aquel virreinato que descubrió síntomas de inquietud, levantaba




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