Page 183 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
respecto de las causas morales, una virtud más eficaz y activa que la que figuró
Newton en su atracción y Aristóteles en su oculta simpatía respecto de las cau-
sas físicas, por cuanto se le debía considerar a aquellos establecimientos prodi-
giosa virtud, para producir en países tan distantes los efectos que no pudieron
producir en sus más inmediatos intermedios; quiero decir, que no habiendo
sido la Aduana y el Estanco capaces de producir la sublevación dentro de los
territorios en que existen, sólo las habían producido en las distancias y fuera
de los límites de su existencia. Pues la Aduana y Estanco del Río de la Plata,
que no excitaron conmoción alguna en esta provincia ni en las inmediatas del
Tucumán y Cuyo, produjeron la ardiente sublevación en las más remotas del
Perú, donde los mismos establecimientos no habían podido antes alterar su
paz y quietud. Pero, qué fenómeno por cierto raro y, sin duda, más impercep-
tible que el de la atracción newtoniana y simpática virtud del Peripato!
[153] Aun es más admirable este prodigio, si se reflexiona que dichos
establecimientos no trascendían, en manera alguna, a los indios que fueron
los sublevados, por cuanto éstos ni usan del tabaco, sea en polvo o en humo,
ni menos contribuyen, en cosa alguna, para las aduanas por el comercio de
sus frutos. Su gravamen todo se reduce a los tributos que pagan en señal de
su vasallaje, y por medio de esta contribución están a cubierto de todos los
derechos que tienen sobre sí los demás vasallos. Y en vista de esto, ¿cómo se
podrá dejar de calificar como un prodigio el más extraordinario, el de influjo
y causalidad que se atribuye a los establecimientos de la Aduana y Estanco
respecto a la rebelión de los indios? ¿Qué? ¿Aquellos establecimiento, en ca-
lidad de causas morales, después de producir sus malignos efectos donde no
existen, sólo han de ser activos con los que no tocan, ni sienten efluvio de su
perjudicial virtud? ¿Quién vió jamás causa alguna de constitución y tempera-
mento tan singular que, siendo incapaz de producir un efecto en el lugar y país
en que obra y respecto de aquellos a quienes se comunica, sea, no obstante,
activa y eficaz para producirlo donde no existe ni opera y respecto de aquellos
a quienes no toca ni alcanza su virtud? Pues tales son los establecimientos de
Aduana y Estanco del tabaco; ellos no han tumultuado las provincias en que
existen ni a los vasallos sobre que gravan sus leyes, pero han sublevado los
pueblos en que no tienen lugar alguno, y han arrojado en los mayores excesos
a los que no sentían ni percibían el daño de sus efectos. Tal es la quimera que
se ha forjado la emulación del actual ministro para hacer odiosa su conducta
en esta América.
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