Page 685 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            es que Cisneros se empleaba en algunos de los ministerios referidos, que tiene
            expuestos en su confesión, pero en ninguna manera con voluntad, ni deseo
            de auxiliar al rebelde. Si Tupa Amaro lo contenía condenando a muerte. Si los
            indios aspiraban a matarlo y diariamente clamaban a que se les entregase, para
            quitarle la vida, como podría negarse al servicio que prestó de la pluma, a ha-
            cer los cartuchos y otras cosas? Cómo se puede creer que en todo esto hubiese
            procedido con voluntad y con deseo de auxiliar al rebelde y de que tuviese un
            feliz éxito en su detestable empresa?
                    Los mismos testigos escosan a Cisneros de estos hechos, pues afirman
            que sus servicios al rebelde eran meramente aparentes, pues en vez de compo-
            ner y reformar las armas estudiosamente las echaba a perder y las inhabilitaba
            más y más. Como sucedió con los cañones de artillería, que al pretexto de
            estar mal formados, dispuso que se /.29v fundiesen de nuevo, con el designio
            de privarle de ellos,·pues no se habían de poder reponer en más de dos meses y
            con haberse encontrado estos muchas veces clavados, algunas cargados de tie-
            rra y otras con la pólvora húmedas. Todo lo que arguye su positiva adversión
            al rebelde y un gran deseo de servir al Rey Nuestro Señor, aún exponiendo su
            propia vida, que infaliblemente la hubiera perdido a manos del rebelde, si por
            su desgracia hubiese reconocido lo que secretamente hacía contra sus inten-
            ciones.
                    Semejante a este es el otro cargo, de que le estimaba y le apreciaba
            Tupa Amaro. Si se servía de Cisneros en el servicio de la pluma y otras cosas,
            que hacía en su obsequio, aunque coacto y forzado, era muy natural que lo es-
            timase y lo distinguiese. Si esta es culpa, será de Tupa Amaro, no de Cisneros.
                    Dígase lo que se dijere. sobre este, el otro y ese otro hecho particular,
            todos procedieron del mismo principio de coacción y fuerza y miedo gravísi-
            mo. Resulta enhorabuena presunciones e indicios contra Cisneros, de los he-
            chos referidos, todas se desvanecen y enteramente se destruyen con los hechos
            que acreditan su gran fidelidad y amor al Rey Nuestro Señor.
                    Es público y notorio y consta por la certificación de Don Manuel Boza,
            Cura propio de la Doctrina de Santo Tomás, que Cisneros y otros españoles
            se resolvieron a matar al rebelde la noche del día cinco de abril, franqueando
            Cisneros algunas armas de corte y un halcón, hacia la parte de la plaza, lle-
            vando sus balaustres de un /.30 cañonazo, para que por allí entrasen los que
            debían hacer la muerte o prisión de Tupa Amaro, pero no se pudo conseguir
            por los motivos que se expresan en la certificación.



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