Page 682 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
Causas criminales seguidas contra los rebeldes
y que finalmente expresó, que se sacrificaría voluntariamente por el rebelde,
es igualmente falso y una producción del encono, que profesan los testigos a
Molina y de la venganza, a que aspiran, por haber declarado contra ellos.
En orden a haber inspirado Molina al rebelde, que no diese libertad,
como pretendía, a cuarenta y ocho hombres de Sangarará, y que igualmente
en la Pampa de Ocororo, cuando se volvía el rebelde de Piccho para Tunga-
suca le aconsejó que regresase a la ciudad y la tomase, tiene confesado ser
cierto uno y otro; pero que lo primero lo hizo por libertar a los expresados
de la muerte, que temía les diese a los indios encarnizados contra todos los
españoles, como lo habían ejecutado, con muchos a quienes Tupa Amaro le
otorgó la libertad; y lo segundo /.27 con la positiva intención, de que vuelto al
Cuzco, el rebelde fuese apremiado, pues tenía ya poca gente. carecía de armas
y municiones. La verdad de su intención la tiene calificada con su juramento
y además la acredita el hecho de haber dado aviso por medio de Genuario
Castro al Señor Inspector y a nuestra tropa, del asalto que pretendía dar el
rebelde en el lugar de Pucacasa, sobre que mas largamente se hablará después,
fuera de otros comprobantes. Y siendo principio sentado en la jurisprudencia,
que en los hechos se debe atender a la intención y que siendo ésta recta y sana,
aunque la otra de suso sea mala, no se debe refutar por delito, es evidente, que
Molina está indemnizado de este cargo.
El que se le hace de no haberse pasado a esta ciudad, del cerro de Pic-
cho, como lo hicieron otros muchos, lo tiene plenamente satisfecho en su con-
fesión, asegurando, que aunque procuró hacerlo y lo trató, con Don Francisco
Cisneros y Don Manuel San Roque, no pudo ejecutarlo, porque habiendo ido
a recoger su media cama lo cercaron los indios y lo llevaron por delante, sin
que tuviese libertad alguna para regresar, y aunque en Pucacasa intentó lo
mismo, y lo trató con varios y entre ellos con Genuario Castro y un día aco-
metió a la marcha no lo pudo conseguir, porque estaba siempre rodeado de
gente y el indio de quien se valió, para pasar de Pucacasa a nuestra tropa lo
denunció al rebelde, a cuya causa acometió a darle de chicotazos, sin que obste
la réplica, que se le hizo por ver en la confesión, pues como en ella asegura,
fue preciso valerse del indio para que le trajese por delante un caballo, en que
del lugar oportuno pudiese partir a la carrera, sin que tampoco valga la réplica
de San Roque y otros, no obstante de estar igualmente cercados de indios en
Piccho, vinieron a la ciudad, porque San Roque tuvo /.27v la felicidad de que
volcase la silla y entre tanto que la componía lo dejaron los indios y logró esta
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