Page 573 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 573
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
granos que ofrecen sus fértiles campos, y expuestos á frecuentes asaltos cuantos
veces lo intentase.
Es notorio lo que trabajaron los curas de dicha quebrada de Urubam-
ba en defenderla de las incursiones de los enemigos: pues aunque llegaron al
pueblo inmediato de Incay, fueron rechazados con escarmiento, y no pudieron
penetrar lo restante de la provincia. Asimismo es laudable el celo de los curas
de Cotabambas en cortar de raiz el contagio que cundia en toda aquella provin-
cia, y la inmediata de Chumbivilcas: porque desolados y muertos los sacrílegos
Bermudes y Parbina, caudillos principales de Tupac-Amaro, se extinguió ente-
ramente aquel mal, que no practicaron los clérigos de Paucartambo, tomaron
las armas y fortaleciendo á los vecinos de esta rica poblacion, sin excepcion
de las mugeres, que tambien militaban, para impedir el paso á Diego-Tupac
Amaro, primo de José, que procuraba allanarle con un formidable ejército, con
el fin de socorrer a este insurgente en el bloqueo del Cuzco: y no lo consiguió,
sin embargo de haber mantenido el asedio la primera vez mas de tres meses, en
cuyo espacio tuvo diez y siete combates. Escuso referir otras particularidades de
curas y eclesiásticos en el resto de la diócesis, porque seria dilatarme mas.
Como viese cuanto gravaban estos males, que inmediatamente toca-
ban en la profanacion del santuario, cuyas quiebras debía reparar, y que aun
los mas celosos párrocos habian descaecido de su celo, y cedido á la fuerza con
detrimento de la doctrina eclesiástica y cuidado de su filegresia, que con tanto
empeño procuré introducir desde mi ingreso á este obispado, determine salir
de la capital á los pueblos rebelados; y participando al Exmo. Señor Virey de
este reino la deliberacion con los motivos que me impelian, en carta de 19 de
Julio del año próximo pasado, me significó con fecha de 10 de Agosto, que, no
obstante de ser mi permanencia en la ciudad muy útil, y que mi separacion, aun
á la .mas corta distancia, seria muy sensible al público, pero que en virtud de
las causas que la motivaban, por ser de la mayor gravedad é importancia, debia
posponer todo otro respeto, porque se presentaba el de Dios, y me hallaba en
el caso de desempeñar las primeras obligaciones de mi ministerio. Lo que no
solo me aprobaba, sino me lo rogaba y encargaba, facultándome con la mayor
amplitud, para hacer comparecer á los caciques, y me expusiesen las causas que
dieron mérito a sus excesos, y por su medio suavizar á los demas y concederles
el perdon, si volvian arrepentidos á la obediencia del Rey. Para cuyo efecto les
señalase los lugares donde se habian de celebrar los parlamentos de indulto y
cuanto me pareciese justo, sin dispendio de las leyes del reino, y sin que los
572