Page 679 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
amor: nosotros no tenemos novedad para servirlo con fina voluntad. Por mas
que nos esforzábamos a que ésta caminase el mismo día que la recibimos, nunca
fue conveniente, ni era dable que ninguno de nosotros tomase pluma para Vuesa
Merced con bastante dolor nuestro, porque estuvimos en la fuerza de batallas y
combates en las quebradas de Tiobamba y Chillichaca. Tengo leída y explicada a
la gente de Quiñota, la gratitud que Vuesa Merced manifiesta de la lealtad a nues-
tro soberano y del mismo modo Don Manuel, a toda la de Llusco; una y otra de
ambos pueblos convienen la fineza y amor de Vuesa Merced y le corresponden
con muchas expresiones filiales de afecto. El General Don Francisco de Laysequi-
lla, el Señor Comandante y demás señores que vinieron en la expedición a esta
Provincia, nos han honrado con el nombramiento de Comandantes, a mí para el
pueblo de Quiñota, y a Don Manuel para el de Llusco y ambos nos hemos entre-
gado a desempeñar el honor y con fianza que hacen de nuestras personas; pues
el día diez y ocho tuvimos una batalla en Colca con la gente de ambos pueblos,
que logramos derribar de cimientos tres oroyas de los enemigos, dejando algunos
muertos a balazos y apresar al famoso Juan Vilca, que una hora antes que nosotros
le cayésemos, había pasado a la banda de Luto, este aunque no esté expresado por
su nombre en·el Auto de perdón del Señor Visitador General, pero está compren-
dido porque son infinitos los jefes o principales cabezas de motín. El Doctor Don
Julián Capetillo ha sentenciado que camine para esa ciudad con las orejas cortadas
y cien azotes que se le darán y lo mismo a Asencio Tito y otros muchos presos que
tenemos en Quiñota. El día quince del que corre salió a embestir a esta provincia
nuestra tropa, que la componen nuestro General Laysequilla, el Señor Corregidor
de Cotabambas y sus señores curas, por Yahuarmayo y habiendo llegado el día
diez y ocho al estrecho del río de Yahuina, fue la primera batalla con felicidad;
el día diez y nueve en el río de Layo, fue segunda con más felicidad; el día veinte
en todo el alto de Santo Tomás en un cerro llamado Quibioviri, fue la tercera; de
donde salieron derrotados los enemigos, dejando muchos despojos y campamen-
to; pero asegurámos a Vuesa Merced que en las tres batallas murieron más de
doscientos rebeldes y safó el vil Capitán Chuquiguanca a pie, en compañía de los
indios de Velille, llevándose presos al Señor Cura de Chuquibamba y su hermano.
El día veinte y uno, en los altos de Itani, fue la última y la mas famosa batalla con
Parvina y el Capitán General Bermúdez, que se aparecieron con más de cuatro mil
indios, en un cerro el mas elevado, pero con tal felicidad se les embistió, que mu-
rieron más de trescientos indios y entre ellos Parvina y Bermúdez, cuyas cabezas
caminan para esa ciudad y debe advertir Vuesa Merced que fue fatal el ataque que
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