Page 678 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
indios de estos pueblos, y yo me esforzé a pasar con ellos y declaré el contenido
desde el pueblo de Calca hasta el pueblo de Pisac, con lo que se consiguió el hu-
millarse los indios y pedir el perdón. El Cura de esta Doctrina, Doctor Don Pedro
Rodríguez, para retirarse a esta ciudad por algún tiempo, me recomendó esta su
Doctrina de Lamay y Coya, para que en su lugar administrase y cuidase en todo lo
espiritual y desde entonces empecé a practicar con el Ministerio y también domes-
ticando y alistando a los arrepentidos; pero dos estancias de esta doctrina Guarqui
y Sayllapaya, estaban renitentes, siguiendo su rebeldía y al presente tengo redu-
cidos diez y seis familias de la estancia de Sayllapaya, que he logrado sujetarlos y
muy arrepentidos del delito se han prometido a la obediencia, con mis pláticas e
industrias.— En la excomunión que Vuestra Señoría Ilustrísima declaró contra el
rebelde José Tupa Amaro y asimismo a sus secuaces: Como estos seguían, nece-
sito de la grandeza de Vuestra Señoría Ilustrísima su dictamen para mi gobierno
y manejo.— También algunos ministriles del corregidor, van ejecutando el quitar
sus ganados de los campos con grande perjuicio de los naturales, que están ya do-
mésticos y obedientes, y procurando venganza contra los dichos, lo que no puedo
disimular por ser contra la justicia. Vuestra Señoría Ilustrísima me dirija si puedo
defenderlos, porque corre peligro que vuelvan al dictamen del citado rebelde Tupa
Amaro, con que ha engañado a los miserables, que las libraría del yugo pesado de
los repartos y de las temerarias cobranzas; no cesando esto, tal que vez pensarán
que es verdad el intento del rebelde y siendo Vuestra Señoría Ilustrísima la fuente
de misericordia y piedad para con las almas, se digne de conferirme su facultad
para habilitar y revalidar matrimonios intra confecionem, que asi espero de la
angelidad de Vuestra Señoría Ilustrísima. Nuestro Señor guarde la muy apreciable
vida de Vuesa Ilustrísima por muchos y dilatados años, la que necesitamos para
el amparo de toda grey. Lamay y marzo veinte y uno de setecientos ochenta y
uno.— Besa los pies de Vuestra Señoría Ilustrísima, como mas humilde siervo y
Capellán.— Bernardo Vargas y Machuca.—
(Al margen: Carta de los Ayudantes de Quiñota a su Cura).
Señor Doctor Don Francisco Javier Delgado.— Muy Señor nuestro, mas
amado compañero, estimado dueño y amigo: el día veinte del corriente llegó Ber-
nardo Vilca con la estimada de Vuesa Merced, de diez y seis, con esta Don Ma-
nuel y yo, hemos tenido muchísimo gusto, consuelo y complacencia, sabiendo que
goza Vuesa Merced de robusta salud y deseamos se continúe al tamaño de nuestro
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