Page 570 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            Rebelde, pues se dice que por tiempo la despide casi toda. También se asegura
            que cuando sale a campaña deja casi solo Tungasuca; pero nunca omite tener
            en alguna defensa las entradas, ya para que se le den prontos avisos y ya para
            reconocer cuantas cartas quieran introducirse, como entre otros acaba de su-
            ceder con Felipe Oviedo, mi feligres que habiendo ido para esos lugares, a
            cobrar unos pesos que se le debían, fue apresado y no pudo conseguir su liber-
            tad hasta que el Rebelde averiguó la verdad de la causa de su viaje.— Participo
            también a Vuestra Señoría Ilustrísima, que estoy en la inteligencia de que al-
            guna gente le sigue el rebelde más de fuerza que de voluntad. El suceso de
            Machacollo que referí antes, es una de las pruebas punitivas. Por conjeturas
            pongo la del cacique de Pomacanche, porque no he averiguado el motivo de la
            disención. En la misma línea coloco la de que pasó por el chorrillo de Llusco,
            jurisdicción de esta mi doctrina; el Cacique de Acopia diciendo que habiéndo-
            le querido llevar el rebelde para la expedición que hizo a encontrar la desgra-
            ciada tropa de Sangarará, y excusándose le mandó llevar preso con unos in-
            dios a Tungasuca y él pudo libertarse embriagándolos y mi fundamento es
            porque pudo ser espía y emisario. Mas me asienta que Sinayuya, Cacique de
            Coporaque simuladamente sigue al rebelde pues además de que antes estuvie-
            ron en enemistad ambos y de que algunos lo aseguran; el lunes de esta semana
            llegó aquí un indio trayéndole una carta de parte de él y abierta era para el
            corregidor, escrita por el Doctor Alvarez en que le noticiaba que era tiempo de
            acometer al rebelde por acá, por los fundamentos que en ella expone, la cual
            carta remití a dicho corregidor.— Ya se me olvidaba decir a Vuestra Señoría
            Ilustrísima y lo hubiera sentido, que ayer por la tarde me entraron aquí un
            indio de la doctrina de Pampamarca, quien examinando ha confirmado con
            sus dichos mucho de lo que llevo referido ha añadido que en Tungasuca siem-
            pre se está en continuo sobresaltos. Lo que no era menester que él lo dijese,
            pues es preciso. El traia dos cartas para el cura de Velille y otra para el cobra-
            dor del mismo pueblo y dijo que era Huatani, del cura de Pampamarca ya que
            a él lo despachaba el rebelde, porque no habían querido venir otros cinco in-
            dios, los que quedaban presos de su orden y que le mandó que me las entrega-
            se a mí; cuya adicción atribuyo que fingiese por el temor de ver aquí los espa-
            ñoles disponiéndose para marchar a dicho Velille como lo han ejecutado hoy
            llevándose consigo al indio y las cartas que me pareció conveniente no abrir,
            pero espero que el corregidor me de noticia de sus contenidos para pasarla a
            Vuestra Señoría Ilustrísima prontamente con otro propio y estos los repetiré



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