Page 555 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
P. 555

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            el medio de cortar el fuego es acudir a donde está el remedio, sin que para
            obrar en estas ocasiones, esperemos los dilatados recursos de nuestros supe-
            riores, debiendo firmemente creen darán por bien hecho cuanto en defensa de
            la real autoridad y de la patria hiciésemos; yo sentiré que Vuestra Señoría se
            persuada en eso echarla de maestro y darle documentos nada menos que eso.
            Cuanto expreso me lo dicta el señor a mi soberano, el deseo de que brille en su
            respeto su bondad, y el de libertar a la patria de los insultos que debe sufrir, si
            llega a rendir el cuello al yugo, de un tirano. Mi vida, amenazada tantas veces
            de él, es lo de menos el perderla. Qué hago yo? nada, ni aún quiero que los
            herederos de mi honor lo aleguen por mérito, pues, nunca debe alegarse por
            tal una cosa que es particular obligación de cada uno. Ultimamente señor,
            (que me había desviado del asunto) el socorro urge, he concluido con ésta, a
            mi parecer, con lo que debo, Vuestra Señoría, siendo responsable al Rey, dis-
            pondrá lo que guste.— Nuestro Señor guarde a Vuestra Señoría muchos años.
            Lampa y noviembre veinte y cinco de mil setecientos ochenta.— Beso la mano
            de Vuestra Señoría su más atento servidor.— Vicente Flórez Dávila.— Señor
            Don Baltazar de Sematnat.


                    (Al margen: Otra).
                    Muy señor mio. A consecuencia de lo que en repetidas cartas y exorto
            le tenemos expuesto a Vuestra Señoría, desde el dia diez y seis de este mes, a
            fin de que, en nombre del Rey nuestro señor, se sirviese enviar con la mayor
            prontitud tropa reglada de la que está en esa ciudad, pues aunque esté destina-
            da en ella por el señor Virrey de Lima, puede Vuestra Señoría y ese caballero
            comandante disponer (sin necesidad de esperar orden de Su Excelencia, por la
            gran distancia y que esto no da tregua a ello, y sobre que a Vuestra Señoría lo
            hacemos responsable ante el Tribunal de Dios y del Rey) socorrer la grave ur-
            gencia que ahora ocurre en estas provincias que están amenazadas del Alzado
            y su ejército, que cada día y hora va engrosando más y más, según las noticias
            que diariamente vamos reviviendo y adquiriendo, y ultimamente que están
            para venir a estas provincias a reducirlas a su dominio, y que las supone co-
            rrientes y muy prontas a todas las gentes, así indios como mestizos y españoles
            criollos, a quienes va engañando con la falacia de que no les hará daño, ni
            perjudicará la religión y que solamente a los europeos es a quienes perseguirá
            hasta extinguirlos, etcétera, como se refiere en las copias testimoniadas que le
            acompañamos, de las últimas ordenes que han llegado por casualidad o milagro



                                               554
   550   551   552   553   554   555   556   557   558   559   560