Page 560 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
convocatoria remitida por dicho traidor Tupa Amaro firmada de su nombre
al pueblo de Lampa a Don Bernardo Sucacagua, que es uno de sus caciques,
en que se conoce ser su objeto el atraer con seducciones a su partido a cuan-
tos habitan en este continente. Y con cuyo motivo me vuelve usted a instar
en la pretensión; expuesta con sus anteriores cartas, de que le haya de remitir
de esta ciudad, no solo las dos compañías existentes de tropa arreglada, sino
también otras de las milicias de ella con armas y municiones.— En cuya inte-
ligencia debo reproducir cuanto en mis precedentes cartas tengo a usted con
claridad expuesto. Añadiendo ahora que con mayor eficacia voy entendien-
do, en que se haga aceleradamente merecida porción de buenas lanzas, que
sustituyan la falta que se padece de otras armas, a causa de ser escasas las de
fuego y corte que hay en esta ciudad y al mismo tiempo pólvora y municiones
y el preparativo de bastimentos y mulas que los conduzcan, igualmente que
a la tropa, en la que procuraré vaya cuanto se pueda de la que hay arregla la
de la capital de Lima. Y puedo asegurar a usted, que si estuviese en mi mano
y me fuese facultativo el poder despachar prontamente estos auxilios, lo pu-
siera en obra; mas no es esto verificable por multiplicidad de razones, y entre
ellas la de no estar prontas, ni las municiones, ni las armas. Esto es las lanzas,
que todavía se van haciendo, habiendo sido forzoso ocurrir a la provincia de
Condesuyos, en solicitud de las varas que deben servir de astas, que aún no
se han conseguido. Y asimismo el estar esperando el orden superior, que no
tarda del Excelentísimo Señor Virrey de estos reinos, mediante los avisos y
cuenta que oportunamente tengo dada por dos conductos a su Excelencia,
instruyendo su justificado ánimo con cuantos documentos me han sido por
usted remitidos. Habiendo sido el primer conducto el de los señores Corre-
gidores de la carrera de esta ciudad a la de Lima; y el segundo un propio que
especialmente dirigía este propósito, bajo de la calidad que prometió de que
sólo siete días consumiría en su viaje y otros tantos en su regreso.— En estos
términos, me parece que por ahora sólo corresponde a la prudencia de usted y
a la de los demás señores Corregidores, que hacen un cuerpo, el estar prepara-
dos a una defensa sin hacer alguna formal invasión hasta que para afianzar el
mayor éxito estén prontos todos los preparativos correspondientes. Y porque
en otra anterior se sirvió vuestra merced exponerme, le dijese mi dictamen (y
aunque por entonces respondí lo que me pareció oportuno), tomándome esta
licencia, que por usted me fue franqueada, debo ahora hacerle presente un
pensamiento que me ha ocurrido sin otro impulso que el de aspirar al acierto
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