Page 551 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Nuestro Señor guarde a usted muchos años. Arequipa y noviembre veinte y
seis de mil setecientos y ochenta años.— Beso la mano de usted su más seguro
servidor.— Don Baltazar Sematnat.— Señor General Don Lorenzo Zata y Zu-
biria.— Azángaro.
(Al margen: Otra).
Muy señor mío: Bajo de una misma cubierta, recibí la de usted y la del
señor Corregidor de esa provincia General Don Lorenzo Zata y Zubiria, am-
bas con fecha de veinte del que corre. Y porque en la que le contesto a dicho
señor Corregidor, le expongo cuanto conduce al presente propósito, me ha
parecido correspondiente el incluirle, cual incluyo a usted, una copia puntual
de su contenido, que impondra a usted, en cuanto debo decirle respondiendo
a la suya; y sólo reproduzco la súplica de que se sirva usted hacer memoria
de la persona o personas, a quienes hubiese cometido el traidor Tupa Amaru,
la prisión que asienta usted, haber deliberado en su presencia y aún dirigido
propio, pues, esta noticia es muy importante para mi gobierno; y en tal con-
tingencia, deberá dirigírseme un propio a costa mia, por lo interesante del
asunto. Nuestro Señor guarde a usted muchos años. Arequipa y noviembre
veinte y seis de mil setecientos y ochenta años. Beso la mano de usted su más
seguro servidor.— Don Baltazar Sematnat. Señor Coronel Don Pedro de la
Ballina. Concuerdan con las cartas originales de su contexto.— Don Baltazar
Sematnat.
(Al margen: Comisión).
Señor Don Bernardo Sucacagua: Muy señor mío: Tengo orden supe-
rior para extinguir corregidores, el que comunico a usted para que haga lo
mismo que yo. Se impondrá usted de la copia que va adjunta y, en su virtud,
publique usted personalmente en forma de bando en todos los pueblos; y que
se planten horcas para los renitentes. Hecha esta diligencia en voz del Rey
nuestro señor, convoque usted toda la provincia y los que fuesen necesarios;
y haciéndolo preso al corregidor presente, como al pasado, pondrá usted sus
bienes en buena guardia y custodia.— Esta orden no es contra Dios, ni contra
el Rey, sino contra las malas introducciones. Deseo que Dios guarde la vida de
usted muchos años Tungasuca y noviembre quince de mil setecientos ochen-
ta.— Beso la mano de usted su muy amante primo.— Don José Gabriel Tupa
Amaro.— Mande usted sacar copias del edicto original para que se fijen en
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