Page 65 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
hermanos de Doña Manuela, hijos de ese fingido Don Lucas, ha sido Cacique de
Surimana; luego tampoco lo fué Don Lucas; luego no fué éste hijo de Don Blas
Túpac Amaro, verdadero Cacique de Surimana.
Sabemos y tengo probado en mis instrumentos y en mis pruebas,
que dicho Don Blas dejó por sus hijos a Don Bartolomé, a Don Sebastián y
a Don Agustín; y está probado que Don Bartolomé fue Cacique y Goberna-
dor de Surimana, que sucedió a su padre Don Blas. Está probado que por
muerte de Don Bartolomé, que no tuvo hijos, le sucedió Don Sebastián, su
hermano segundo; y está probado que por muerte de éste, le sucedió Don
Miguel Túpac Amaro; y está probado que yo, como su hijo mayor, le he su-
cedido y estoy en actual posesión de dicho Cacicazgo de Surimana, todos
descendientes legítimos de Don Diego Felipe Condorcanqui, por donde vie-
ne el Cacicazgo, y de la Coya Doña Juana Pilcohuaco. ¿Podrá satisfacer esta
dificultad Don Vicente García con las Historias de Garcilaso, dé Herrera, de
Calancha y con el parentesco del siervo de Dios Betancur y de Don Martín
Arvieto?
Ya se ve que no; luego la información dada por Doña Manuela es
falsa. Los testigos de ella, como se ha referido, son tres indios ordinarios,
pero como toda ella fué obra de una mano, los testigos inciden en la misma
inverosimilitud y en la misma repugnancia que se nota en el escrito de Doña
Manuela. El primero es Cristóbal Rimachi, natural de la parroquia de San
Cristóbal, en el Cuzco, que declara conforme a las dos preguntas del escrito:
que conoció a Don Lucas Túpac Amaro, Cacique del pueblo de Surimana,
casado con Doña Gabriela de Arce, de quienes fueron hijos Doña Manuela,
Don Pascual y Don Francisco Amaro; declara también que conoció a Don
Blas Túpac Amaro, así mismo Cacique de Surimana, Inca principal y respe-
tado en calidad de tal. Ya en esta parte se prueba, a mi favor, la distinción de
dicho Don Blas, mi bisabuelo.
El segundo testigo es otro indio llamado Juan Aucayni, natural que dijo
ser del pueblo de Surimana, en la provincia de Quispicanchi, de edad de noventa
y cuatro años. Sin duda estaba decrépito, porque decirse natural del pueblo de
Surimana, y afirmar que este pueblo es de la provincia de Quispicanchi, no puede
ser sino una manifiesta fatuidad; porque siendo del pueblo de Surimana, no podía
ignorar que no era de la provincia de Quispicanchi, sino de Canas y Canchis; y
es cosa notable que siguiese el mismo equívoco de Doña Manuela, que también,
en su escrito, se hace natural de Surimana de la provincia de Quispicanchi; lo que
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