Page 66 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
Antecedentes
ésto quiere decir es que una sola mano se equivocó. Ya se ve con esto el desprecio
que merece este testigo, para que se repute falso todo lo demás que en ella expresa.
El tercer testigo es así mismo un indio llamado Don Marcos Yanqui Rima-
chi, principal, que dijo ser de la parroquia de San Sebastián, de edad de cuarenta
y cinco años, dice que conoció a Don Lucas, Cacique de Surimana, y que le oyó
(decir) a éste que Don Blas Túpac Amaro, Inca principal, y Doña Magdalena Oc-
llo, su mujer, fueron sus padres, y de la descendencia del Inca Túpac Amaro, Señor
natural que fué de estos Reinos, y que así también lo oyó decir el testigo a varias
personas antiguas. Y sin más que esta información dada sin citación, a lo menos,
del Cacique de Surimana, que era en aquel tiempo, por el derecho e interés que
podía tener en la materia, declaró el Corregidor del Cuzco a dicha Doña Manuela
por hija legítima de Don Lucas Túpac Amaro y de Doña Gabriela de Arce, nieta
de Don Blas Túpac Amaro y de Doña Magdalena de Ocllo descendientes del Inca
Túpac Amaro. Repárase que la declaración sólo recae sobre Doña Manuela, sin
embargo de que la información comprende a sus hermanos.
En este estado no contenta Doña Manuela hizo que Don Juan Flores Ma-
tajudíos, Protector de los Naturales, pidiese que se adelantase la información, con
el pretexto de que habían llegado unos testigos que estaban ausentes, y con efecto
se le mandaron recibir otros tres testigos, que corren de fojas veinte y ocho vuelta,
cuaderno segundo; y con sólo ver que todos estos testigos afirman que conocieron
a Don Lucas Túpac Amaro, Cacique principal y Gobernador del pueblo de . Suri-
mana, provincia de Quispicanchi, se está demostrando su falsedad; porque, como
se ha referido, no hay más pueblo de Surimana que el que se conoce y existe en la
provincia de Canes y Canchis; y, a la verdad, que ese fingido Don Lucas sólo pudo
ser Cacique de ese fingido pueblo de Quispicanchi, viniendo así a parar en que la
notoriedad de Don Blas y su pública calidad y distinción, se hizo apreciable para
que Doña Manuela, que quiso ser ñusta y descendiente del Inca Túpac Amaro,
quisiese también entroncarse con Don Blas, que era el indubitado descendiente
de dicho Túpac Amaro, como se prueba por sus mismos testigos.
El mismo Corregidor proveyó otro nuevo auto, en que declara ya a Doña
Manuela y a sus hermanos por nobles incas, exentos de servicios personales; pero
por lo que toca a tributos, manda que ocurran al Real Gobierno. Así es visto que
estos hermanos de Doña Manuela, ñusta descendiente del Inca Túpac Amaro,
honrados y privilegiados con unas reales cédulas del Señor Emperador Carlos V,
de que después diré en su lugar, eran entonces indios tributarios, todo incompati-
bles con esa distinguida estirpe.
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