Page 63 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            Bartolomé, como consta de la Superior Provisión de foja ochenta y ocho, del dicho
            cuaderno cuarto, no hay tiempo en que lo pudiese ser ese fingido Don Lucas; por-
            que, por muerte de Don Bartolomé, sin hijos, le sucedió su hermano Don Sebas-
            tián, y a éste su hijo mayor Don Miguel, mi padre; de quien yo como el hijo mayor
            soy actual poseedor del Cacicazgo de dichos pueblos de Surimana, Pampamarca
            y Tungasuca, según las aclamaciones del común, que corren de fojas ciento diez
            y nueve vuelta, cuaderno cuarto, en que expresan venirme por herencia y línea
            recta.
                    ¿Cuándo, pues pudo ser Don Lucas Cacique de Surimana, donde ni
            aún noticia tienen de él? Aun permitido y no concedido que ese tal Don Lucas,
            padre de Doña Manuela, pudiera ser descendiente del Inca Don Felipe Túpac
            Amaro, nunca pudo ser Cacique de Surimana; porque este Cacicazgo que ha
            Estado en mi línea, no me ha venido, ni lo han gozado mis ascendientes, por
            el Inca Túpac Amaro, sino por Don Diego Felipe Condorcanqui, mi tercer
            abuelo, a quien pertenecía; y a que se agregaron después las tierras de que este
            Superior Gobierno hizo merced a mi tercera abuela Doña Juana Pilcohuaco,
            como a hija del último Inca Don Felipe Túpac Amaro. Conque si estas tierras
            y este Cacicazgo han venido unidos hasta mí, de sucesión en sucesión, desde
            Don Felipe Condorcanqui y la Coya Doña Juana Pilcohuaco, no pudo dicho
            Don Lucas haber sido Cacique de Surimana, pues como se supone no es des-
            cendiente de Don Felipe Condorcanqui, ni de la Coya Doña Juana Pilcohuaco;
            de otra suerte estas tierras que yo gozo y este Cacicazgo que hoy poseo, fueron
            de los hijos de Don Lucas; esto no es así, porque siempre han sido de mi línea
            desde aquel tronco; luego dicho Don Lucas no fue ni pudo ser Cacique de
            Surimana; pero volvamos a la célebre información de Doña Manuela, que se
            titula Túpac Amaro.
                    Ella se supone dada el año de mil seiscientos ochenta y tres; sus testigos
            fueron tres indios ordinarios, que sólo tienen el nombre de testigos, y como
            el fin de Doña Manuela era entroncarse con Don Blas Túpac Amaro, que fué
            verdadero Cacique de Surimana, se le acomodó a un Don Lucas por su hijo,
            padre que se supone de Doña Manuela, y de esta suerte los testigos lo hacen
            Cacique de Surimana, lo hacen hijo de Don Blas, y lo hacen descendiente del
            Inca Túpac Amaro, poniéndose en el texto de Don Blas, que verdaderamente
            era nieto del último Inca Túpac Amaro; pero ni hubo tal Don Lucas, ni fué
            hijo de Don Blas, ni éste fué casado con Doña Magdalena de Ocllo, ni fué hijo
            de Don Juan Tito Túpac Amaro, sino de Don Felipe Condorcanqui y de Doña



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