Page 311 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
P. 311

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            embaracen su progreso. Pero es necesario entender que todo este rigor pro-
            cede en los casos de una conspiración formal y fundamentada y de un conato
            proximo y eficaz a ella.
                    Contrayendose este Ministerio al hecho que resulta juztificado del
            progreso, repara que aunque hubo dos juntas, una verificada en el Puente de la
            Parroquia de Santiago, y otra en el Alfalfar de Cangas, que administraba el reo
            Asencio Vergara en ninguna de ellas hubo concierto ni orden en las conversa-
            ciones. Estas se dirigieron desde luego a tratar de alzamiento, pero no se toma-
            ron las precauciones convenientes; no se confirieron medios proporcionados
            a un fin tan arduo; no llevaron método en el proyecto, ni quedaron firmes y
            resueltos en emprenderlo; al mismo tiempo que alguno de los congregados
            apuntaba una especie, conocía la inconducencia de ella, la insubstancialidad
            de los compañeros, y la ninguna proporción que tenian para el asunto. Si de
            todas las deposiciones y confesiones de reos relativa al pacto de conspiración,
            se formase una analisis no se podria sacar cosa alguna en concierto. ¡Mas pa-
            recen desatinos de unos hombres simples, fanaticos y alusionados, que pro-
            ducciones concertadas! Sobre todo es tal la variedad con que proceden en la
            relación que hacen de los pasajes acaecidos en las juntas, que confronta con
            otro, ni por ellas se puede descubrir los que principalmente concitaban.
                    Desde luego consta en el proceso que el Cacique Tamboguacso concu-
            rrió en ambas y que propuso tenia a su disposicion multitud de indios con que
            circundar y coronar los cerros de la ciudad; mas esta fue una vana y ridicula
            jactancia. Para esta oferta era necesario que los tuviere de antemano prepara-
            do; una maniobra de esta clase a mas de ser muy dificil y quan imposible por
            la timides de los naturales, se hubiera necesariamente sentido en el pueblo, y
            reducción de su comando.
                    Los indios por su naturaleza son tan pusilamines como fáciles. Entre
            ellos jamas se observa secreto, pues aun el que se comunica a pocos se traslu-
            ce luego. No solo influye para que revelen cuanto saben el motivo insinuado
            sino tambien las borracherras en que son tan frecuentes. En cada vez que se
            embriagan dicen cuanto sienten y conciben ¿Si un secreto confiado a muchos
            aunque sea sujetos de entidad, no se guarda que seria del que se fia a una mu-
            chedumbre, compuesta de individuos inadvertidos, fáciles y de ningun funda-
            mento, como lo son los indios? Si el referido Cacique les hubiera ministrado la
            menor luz en el particular, era indispensable que en el instante se esparciese y
            se llevase a noticia de los Ministros y Jueces de aquella provincia, cuando por



                                               310
   306   307   308   309   310   311   312   313   314   315   316