Page 747 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            provoca la apresión hasta de los infantes; pero en favor del americano ni el oro
            mismo tiene influjo, que todos se creen con derecho a poseerlo y acaban por
            despojárselo; esta verdad estaba grabada en mi corazón por hechos tan nota-
            bles que siempre hubiera mirado con horror en cualquiera estado de libertad
            y fortuna esta sociedad.
                    Pero si las relaciones de este mi singular amigo sobre el estado de
            América eran lisonjeras y me arrancaban lágrimas de ternura a torrentes, re-
            cordándome los desastres de mi hermano y demás sacrificios en el año 1780 y
            mostrándome una nueva vida en los países que me habían visto nacer; no por
            eso dejaron de ser a mis ojos por mucho tiempo solamente bellas imágenes,
            porque no podía dejar de hacer interiormente comparaciones del estado en
            que dejé el Cuzco y demás países con el que se me pintaba, ciertamente sin
            el estremecimiento que ha producido en Europa la revolución de Francia y la
            centella de luz que ha arrojado por todas partes donde existía el combustible
            de la razón humana, y por la marcha ordinaria en que tenía la España a Amé-
            rica, sería imposible su situación actual, a lo menos no se hubiera verificado
            sino después de siglos.
                    Pero la llegada de muchos presos por esta causa, la mayor aflicción
            en que nos tenían a los americanos, y los ecos broncos de toda la Europa que
            diariamente llegaban hasta aquel presidio formaron una opinión en mí muy
            segura.
                    Hasta el año 1820 lo pasamos con mi compañero en un continuo pro-
            greso de esperanza, y a proporción que se hacía el de nuestras opiniones sobre
            el estado de América; él ejercitando sus cuidados conservadores y singular-
            mente prolijos hacia mi persona, alimentando mi espíritu de consideraciones
            que mis gastadas facultades no podían hacer por sí misma, y yo admirando
            la concurrencia de tantas cosas en mi favor, y particularmente la noble gene-
            rosidad de un hombre que ejercía sobre mí oficios que en el mejor hijo serían
            singulares. En este tiempo sólo tuvo que sentir la prisión que por algunos días
            se hizo de mi fiel compañero; se hizo con tal aparato que lo temí todo; los em-
            peños del Obispo de aquel lugar lo salvaron.
                    El año 1820 las Cortes decretaron que todos los americanos presos
            por opiniones políticas fueren puestos en libertad, se les diesen 10 reales de
            vellón diarios hasta ser conducidos a sus provincias en los buques del Estado y
            a costa de él. Todos los americanos aprovechando esta efervescencia lograron
            su libertad; mi compañero renuncio a ella porque yo la consiguiera; me hizo
            solicitarla, y se me negó por el auditor Antonio García, bajo el pretexto de que
            yo estaba puesto en el Consejo de Indias, y sin considerar que las Cortes ha-


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