Page 582 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen  1
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            mento, para creer que el proyecto de Farfán tenía muchos más cómplices de
            los descubiertos; bien distante el Juez de pesquisarlos, parece que se empeñó
            en guardarles la espalda.
                    Entonces se dijo públicamente que José Gabriel Túpac Amaru era uno
            de los principales cabezas de la intentada Rebelión; y nada se articuló contra
            él por respeto a los parientes y amigos que tenía en esta ciudad. Se fijó un
            pasquín que decía así: Levántate Ugarte que queremos coronarte! Y aunque
            contra los individuos de esta familia (considerada aquí por ilustre y poderosa)
            además de este indicio, había otros anteriores, no se hizo mérito de ellos como
            correspondía.
                    Túvose noticia cierta de que el Señor Obispo, el Chantre de esta Santa
            Iglesia y el Caudatario de Su Ilustrísima supieron, muy anticipadamente, el
            proyecto atribuído a Farfán, por aviso que dijeron les había comunicado Don
            Mateo Oricain de que el mayordomo, de su hacienda de campo, estaba in-
            cluído; y solamente contra Oricain se siguieron autos, de que resultó haberle
            librado comparendo a Lima; pero mediante las eficaces recomendaciones del
            Señor Moscoso, su pariente, logró una sentencia la más honorífica, declarán-
            dole aquella Real Audiencia fiel vasallo de Su Majestad; siendo así que tanto él,
            cuantos los otros, eran notoriamente reos de Estado; por el hecho de no haber
            delatado la traición, luego que tuvieron noticia de ella, aún cuando suponga-
            mos que no tuvieron parte en la maquinación.
                    Infiérese de lo dicho que el principal culpado, mediato de la subleva-
            ción de Túpac Amaru y sus funestísimas consecuencias, ha sido el Corregidor
            de esta Ciudad Don Fernando Inclán, por el ningún celo y actividad con que
            desempeñó sus deberes en un asunto tan interesante; pues si hubiera practi-
            cado, con el esmero y escrupulosidad que debía, la inquisición de los maqui-
            namientos de aquella intriga, seguramente hubiera descubierto que fué uno
            de ellos Túpac Amaru, y habiéndolo castigado entonces se habría evitado su
            rebelión.
                    Don Antonio de Arriaga parece que, después de haber supliciado a
            Lorenzo Farfán y sus compañeros, fué informado secretamente de que el ver-
            dadero y principal autor de su proyecto había sido este Ilustrísimo Obispo; y
            bien fuese, porque a la sazón se hallaba de beligerante con Su Ilustrísima, con
            motivo de la competencia apuntada, o bien impulsado de su fidelidad al So-
            berano, lo delató en el Superior Gobierno con términos muy valientes y bien





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