Page 529 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
ca y abundante para lograr mayores ventajas en sus comercios. Con esta idea
la tuvo mi tío, en Buenos Aires, algunos años muy exquisita, y para ella era
preciso que acopiara licores y otras especies de España. Y ved aquí, Señor, el
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grande argumento de vuestro Obispo para infamar alevosamente al Corregi-
dor de Tinta con la nota indecorosa de ebrio. ¿No sabe el Obispo que aquellos
que venden la ponzoña sin embargo de tenerla en sus tiendas con abundancia,
y aunque la manejan frecuentemente, viven sanos? Pues lo mismo sucedía
a Don Antonio de Arriaga: tenía muchos vinos, muchos licores en sus des-
pensas, pero sabía usar de ellos con templanza, y empleaba la mayor parte
en obsequios. Y si no que diga vuestro Reverendo Obispo ¿cuántos licores,
cuántos vinos y cuánto dinero gastó el Corregidor de Tinta en su hospedaje,
al paso por aquella Provincia a fines del año 1779? El Obispo no lo sabrá, pero
yo sí que he tenido en mi mano los apuntes de todo, por los cuales se acredita
que en pocos días que estuvo en ella gastó mi tío más de cuatro mil pesos en
cortejarle con la mayor esplendidez y generosidad, sin más motivo que su li-
beralidad y bizarría innata. Entonces era prudente, buen juez y el amigo más
íntimo del Obispo; sus insinuaciones eran atendidas; sus pensamientos, adop-
tados como justos; y en una palabra, era Arriaga, en sus labios hombre de bien
entonces. Pero habiéndose promovido, seis meses después, la competencia de
Jurisdicción con el Cura de Coporaque, sin embargo de la perversa conducta
de éste, su vil origen y sus notorias falsedades, se convierte a Puente el Obispo,
presta entera fe a cuanto le informa, y desprecia todo lo que Arriaga justifica-
damente le representa. ¡Oh, tempora! ¡Oh mores!
61.-Por otra parte es muy de extrañar la animosidad de vuestro Re-
verendo Obispo en calumniar, como se ha dicho, a un Ministro del Rey; que
después de haber desempeñado, con el mayor esmero, varias importantes co-
misiones de Su Majestad, obtuvo el vastísimo Gobierno del Tucumán; donde
acreditó la mejor conducta, según lo tienen informado sus vecindarios, hasta
que vino a la Provincia de Tinta, cuyo mando le encargó Vuestra Real Persona,
y los documentos que remito a Vuestra Alteza, acreditan su justificación y celo
en este destino. Cuando el Obispo del Cuzco sólo era conocido en Arequipa
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26. Los licores se conducen de Europa a todas las Américas para negociación. Las generalas de los Señores Oficiales de Marina
regularmente se componen de ellos, y no por eso son calumniados de ebrios, aunque según el modo de pensar del Señor Obispo del
Cuzco les comprenden la misma nota; porque para sindicar de tal a Don Antonio de Arriaga, no da más razón que haber conducido
de España 20,000 botellas, pero yo quisiera que fuera Su Ilustrísima a decírselo a los muchos Oficiales de honor que hacen lo mismo.
[nota del autor]
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