Page 530 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen  1
                                                                          La verdad desnuda
            por las inquietudes que fomentaba en aquel Cabildo Secular; como su Alférez
            Real, ya el nombre de Don Antonio de Arriaga era famoso en España y las
            Américas, mereciendo los mayores créditos su honradez y juicio; y si hubiera
            estado poseído del abominable vicio que le imputaban, únicamente este Pre-
            lado y Puente. no sólo no hubiera merecido tales confianzas al Soberano, sino
            que se hubiera graduado indigno de la sociedad. Es así, que desempeñó aque-
            llas a satisfacción de Su Majestad, y que se adquirió las primeras estimaciones
            en todas las partes donde estuvo; luego es preciso atribuir a maledicencia de
            vuestro Reverendo Obispo el sindicato, según se lo significó el Inspector Ge-
            neral Don José del Valle, no pudiendo tolerar la impostura con que hablaba de
            mi tío, diciéndole: «pues yo traté mucho a Don Antonio de Arriaga, y no sólo
            experimenté irreprensible su conducta sino que le conceptué siempre hombre
            de mucho honor»; con lo cual le impidió el progreso de sus detracciones in-
            sidiosas, como lo refiere Vivar en su citada carta. Baste, Señor, por ahora esta
            pequeña defensa a favor de la buena fama de mi tío; y sigo apuntando los an-
            tecedentes, que persuaden haber sido su vida víctima de la venganza de estos
            curiales eclesiásticos.
                    62.-El mismo día 10 de Noviembre por la tarde en que el traidor Tú-
            pac Amaru  dió muerte al Corregidor dijo públicamente vuestro Reverendo
            Obispo a presencia del Sargento Mayor del Ejército, Don Joaquín Valcárcel,
            y del Administrador de Tabacos, Don José de Lagos: a estas horas ya habrá
            dado cuenta a Dios Arriaga; y escandalizado el primero lo expresó así, lleno
            de asombro, en casa del Contador Don José Andía inmediatamente. Aquí no
            pudo llegar la noticia del suceso tan brevemente, ni en el público se supo la
            desgracia hasta el 12, porque el aviso cierto de la prisión y de la muerte no se
            recibió hasta ese día; luego se infiere que el Obispo tuvo inteligencia secreta
            con el Rebelde sobre el homicidio. Y se corrobora el indicio con una expresión
            que oyeron el Marqués de Rocafuerte y el Coronel de esta Plaza Don Miguel
            Torrejón a Don Vicente de la Puente el 11 del mismo Noviembre. Pasaban los
            referidos por donde vive el Rector del Colegio de San Bernardo, Don Ignacio
            de Castro (también Cura de la Provincia de Tinta) a tiempo que éste estaba en
            su ventana, y percibieron que le dijo Puente desde la calle: no sólo está preso
            sino ahorcado, en un tono festivo como noticia muy interesante. Los testi-
            gos de ambos pasajes son bien excepcionados, pero mientras estuviere aquí el
            Obispo es muy arriesgada a ellos y a mí su declaración.





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