Page 533 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                    67.-Cuando se vio venir al Cuzco un Ministro tan caracterizado con
            los créditos de sagaz y justificado que se ha adquirido en el Reino, formaron
            todos unas grandes esperanzas de hallazgo de los verdaderos traidores que
            abriga esta tierra; y con superior razón los que sabíamos que además de la
            delación de Don Antonio de Arriaga se habían dirigido otras más anticipadas
            y tan claras por varios leales vecinos de esta Ciudad, y por sujetos de represen-
            tación muy fidedignos; bien que algunos pensaron siempre con desconfianza
            viendo que el Visitador General traía en su compañía a Don Antonio Borda,
            pariente y comensal del Obispo; pues aunque lo hizo volver a Lima, a los po-
            cos días, tuvo tiempo de influir, y dejar bien recomendado el negocio. Esta re-
            flexión y otras fundan la desconfianza sobre las actuaciones de este Ministro;
            pero yo, Señor, suspendiendo el juicio en la materia, voy a poner patentes a
            Vuestra Alteza los hechos notorios, que disculpan aquel modo de pensar del
            público.
                    68.-Ya se apuntó que, según las leyes, debe separarse todo reo podero-
            so del pueblo donde va a pesquisarse cualquier delito atroz, si hay antecedente
            de su complicidad. Y nadie ignora que el Juez debe huir, escrupulosamente, la
            comunición aun con los mismos indicados (fuera de los actos judiciales), tan-
            to para no exponer la opinión de su integridad, cuanto para evitar el escándalo
            y la murmuración. Vuestro Reverendo Obispo del Cuzco no sólo está indicia-
            do sino convicto por la declaración de Don Antonio de Arriaga de traidor a la
            Real Persona en las primeras inquietudes de esta Ciudad; y por las cartas de
            Puente, Lamadrid y Figueroa, como por los procedimientos del Cura de Tun-
            gasuca y su Ayudante, de autor principal de la muerte de mi tío y de las demás
            fatalidades ocurridas. Mas no obstante esto, y la voz del Perú que lo vigoriza
            mucho, con ninguna persona de esta Ciudad se ha intimado tanto vuestro
            Visitador General como con el Obispo. Son públicos los obsequios que éste
            le ha hecho. Hemos sido testigos de que le ha visitado con frecuencia, muy
            largamente y con gran estrechez. Sabemos que ha conseguido de este ministro
            cuanto ha querido; y que, según se ha explicado, le merece el mejor concepto
            este Obispo.
                    69.-Públicamente se afirma que por sus respetos se ha puesto una
            sentencia muy benigna contra el Cura de Asillo Don José Maruri. Este ecle-
            siástico auxilió a Túpac Amaru, con gente de su Doctrina y con plata de su
            peculio, para hacernos la guerra, manteniendo consiguientemente con él una
            correspondencia amistosa como de aliado. Todo se halla justificado, y él lo



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