Page 531 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
P. 531

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                    63.-En una carta que escribió el Insurgente Túpac Amaru al Cabil-
            do Secular de esta Ciudad fecha en Ocororo a 3 de Enero, cuya copia corre
            a f... del Testimonio 9, como dando satisfacción de sus atentados puso estas
            palabras: «el ejemplar ejecutado con el Corregidor de Tinta, lo motivó ase-
            gurar iba contra la Iglesia». Este es un documento que al paso que justifica la
            conducta de mi tío, patentiza el influjo de los eclesiásticos. Justifica la conduc-
            ta de mi tío, porque su mismo homicida queriendo sincerarse del horrendo
            delito que había perpetrado, le aclama inocente respecto de que únicamente
            le atribuye por culpa lo que fué desempeño de su obligación, como acreditan
            los autos. Patentiza el influjo de los eclesiásticos: ¿porque quiénes otros le pu-
            dieron persuadir a Túpac Amaru que el Corregidor iba contra la Iglesia? Esta
            carta original debe existir en los autos formados por la Junta de Guerra de esta
            Ciudad, y me remito a ella.
                    64.-Al Cura de Tungasuca y su Ayudante Bejarano (contra quienes
            resulta el gravísimo cargo, de no haber avisado la prisión del Corregidor, du-
            rante seis días que lo tuvo arrestado el Rebelde) se pretende disculpar con el
            despreciable pretexto de que no la supieron hasta pocas horas antes de sacarlo
            al cadalso. Esto no es creíble, ya por lo que dice Lamadrid; ya porque Bejarano
            vivía en la misma casa del Insurgente, con quien comía y cenaba, y ya porque
            sabemos todos que en unos Pueblos tan cortos como aquellos, nada de cuanto
            pasa ignoran los curas; pero aún con todas estas violencias, concedámosle la
            ignorancia de la prisión. Figueroa asienta en su carta que si puesto ya en la
            Plaza Arriaga, hubiera gritado cualquiera de aquellos eclesiásticos: ¡Esta es
            traición!; no hay tal orden del Rey como ha persuadido Túpac Amaru en ese
            mismo momento se hubieran convertido contra éste los provincianos; y hu-
            biera libertado a su Corregidor, cuya muerte aseguran les fué dolorosa, y que
            lo manifestaron con lágrimas. Con que a vista de esto, y de lo demás que se ha
            dicho, ¿qué disculpa racional pueden alegar el Cura y Ayudante de Tungasu-
            ca? mayormente sabiendo como sabemos que el primero, a la misma sazón,
            puso en libertad a una Doña María Ignacia Sotomayor, vecina de Paruro, que
            había apresado el Rebelde, diciéndola: vaya vuestra merced a donde quiera
            con seguridad; y si los indios de Túpac Amaru la quisieren extorsionar en el
            camino, diga vuestra merced que yo la he dado libertad, y la dejarán pasar
            sin hacerla daño; y en efecto con este salvoconducto no la incomodaron. Esta
            mujer se halla aquí, actualmente, y no sólo dice esto, sino como testigo de la





                                               530
   526   527   528   529   530   531   532   533   534   535   536