Page 534 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
La verdad desnuda
confiesa; por cuya razón de orden de vuestro Inspector General fué arrestado
en Asillo, y conducido con prisiones a esta Ciudad, donde inmediatamente
que llegó, mandó quitárselas el Visitador, manteniéndolo sólo en reclusión.
El delito de traición al Reyes de los más atroces que el derecho conoce, y en la
vida civil no le pueden cometer mayor los hombres. En él no se admite par-
vedad de materia, y por consecuencia en su pena no hay grados; por tanto los
sindicados de este crimen, sin distinción, o han de sufrir la de la ley si se les
prueba, o han de quedar enteramente libres si se justifican; y no se da medio
entre estos extremos. La dignidad de los Príncipes es tan suprema, que tiene
honores de divina; y por eso aún los pensamientos dirigidos contra su Sobe-
ranía, los estima toda legislación dignos de la pena ordinaria, para afianzar la
subsistencia de las monarquías y el respeto debido a los ungidos del Señor. El
Cura de Asillo está convicto y confeso de traidor a nuestro Soberano. Vemos
que habiéndose ausentado a Lima su juez, el Visitador General le dejó sólo
arrestado en el Cuartel sin prisiones, y que se pasea allí con la mayor satisfac-
ción, siéndole fácil hacer fuga a la hora que quiera; con que en esta atención
¿será imprudente ni temeraria cualquiera desconfianza? ¿Ni cómo se podrá
creer bien satisfecha la vindicta pública de un delito tan terrible, cuya infamia
contamina la posteridad más dilatada e inocente, destruyendo toda nobleza,y
todo privilegio?
70.-Pero no es esto sólo lo que haya admirable en el caso. El padre
del Cura de Asilla, Don Mariano Maruri, Caballero del Orden de Santiago,
y Coronel de estas Milicias, fué destacado con un trozo de ellas (al principio
de la Rebelión) a un puesto muy importante, inmediato a esta Ciudad, para
contener la invasión de los insurgentes. Admitió el encargo; pero le fastidió
tan pronto aquel servicio, que a los pocos días de fatiga con el mayor des-
honor abandonó la confianza, y furtivamente se trasladó a Lima. Esta Junta
de Guerra lo capituló justamente por traidor con este motivo, y dio cuenta a
vuestro Virrey; mas no obstante un procedimiento como éste, que acredita
la mayor deslealtad e infiere tanta infamia se dió tal maña Maruri que en
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lugar de castigarle, le premió el Superior Gobierno nombrándole Gobernador
de Vilcabamba, dividiendo para proporcionarle este destino la Provincia de
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27. «E después que esto lo hoviese fecho non deve ser llamado Caballero e pierde la honrra de la Caballeria, e los privillejos. E de mas
non deve ser recevido en ningún Oficio de Rey ni de Concejo ni puede acusar ni reptar a ningún Caballero» (Ley 25, Título 21, Partida
2°). [nota del autor]
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