Page 444 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen  1
                                                      Informe sobre las causas de la sublevación de 1781
                    «Tata (padre o señor), los corregidores nos han tratado con tanto rigor
            e inhumanidad, que después de hacernos los más gruesos y repetidos repar-
            tos, a veces de cosas o géneros totalmente inútiles para nosotros, no nos per-
            miten siquiera aquellas treguas más regulares, sino que cumplidas las que a su
            antojo nos previenen, al punto con despojan de nuestros bienes reducidos a
            unos pocos ganados y sus frutos, de que depende la subsistencia de nuestras
            familias; los venden a los precios más ínfimos o se los toman en aquellos más
            útiles a su ambición; y si no hallan los suficientes para cubrirse con esta supe-
            rabundancia, nos castigan con los más crueles azotes, sin distinción de los que
            somos gobernadores o caciques; a los demás indios de los pueblos, pues a los
            que tenemos estos empleos nos llaman como a los otros, nos hacen arrimar
            el bastón, y nos azotan como a ellos. También nos cargan de prisiones, y nos
            oprimen en unos calabozos destinados únicamente para los que no contri-
            buyen a los crecidos intereses de sus ministriles y demás sujetos que ocupan
            en su servicio, y son otros tantos tiranos que nos miran como a sus más viles
            siervos y enemigos.»
                    «Los cobradores de los diezmos y primicias han vinculado todas sus
            utilidades en los excesivos frutos que nos exigen con imponderable rigor. Los
            hacendados que podían defendernos, pues los servimos continuamente, se
            muestran indiferentes a nuestros trabajos; y lejos de aliviarnos, nos aumentan
            los padecimientos con las crecidas obligaciones que nos imponen, y las su-
            frimos nosotros, después de pagarles el respectivo precio del arrendamiento
            de las tierras que ocupamos, para no ser despedidos de ellas, siendo lo más
            sensible, que muchos de ellos a imitación de los Corregidores, nos reparten
            sus efectos inmoderadamente, y con poca diferencia sentimos con los unos lo
            mismo que con los otros.»
                    «Finalmente, son muchos más que éstos, los trabajos que padecemos;
            y siendo todo lo referido contra la mente de nuestro Rey y Señor, cuya real
            piedad sabemos las muchas providencias que ha dado y cédulas que ha expe-
            dido a nuestra favor, no tenemos siquiera el alivio y consuelo de poder ocurrir
            por el remedio; porsi vamos a nuestros corregidores, éstos no nos entienden
            por ignorar nuestro idioma, con cuyo pretexto y por tener con qué costear a
            sus familiares, sucede que cuando vamos con alguna queja o demanda, aun-
            que sea de poco momento, nos mandan la pongamos por escrito, en el cual,
            y en las demás actuaciones, gastamos mucho más de lo que vamos a pedir
            o demandar. Fuera de esto, como regularmente estamos debiendo al Corre-



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