Page 442 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
Informe sobre las causas de la sublevación de 1781
apóstol cuando dice: omnis anima potestatibus sublimioribus subdita sit y la
que su primer Vicario profirió diciendo: obeditte regi tanquam precellenti, et
ducibus ab eo miesis; pues de lo contrario era inevitable la pena de haber ca-
llado y el dolor de no haber suspirado ni respirado siquiera en tanta angustia
y tribulación del pueblo: ve mihi, guia tacui.
Por lo que, hallándome yo entonces sirviendo la primera silla del coro
de aquella iglesia, a la que sin mérito mío, me había promovido de la del Tu-
cumán la piedad de nuestro soberano, no pude darme por desentendido del
cumplimiento de aquellas obligaciones eclesiásticas a que particularmente me
comprendían; y así, aunque oprimido, como todos los individuos de dicha
Iglesia, con los sobresaltos y sustos mortales que por todos lados nos cerca-
ban, me animé, fiado en los auxilios del Todopoderoso, a componer y pronun-
ciar delante de aquel consternado pueblo la «Exhortación Vespertina» que ya
impresa y publicada, presentó en este Informe a Vuestra Señoría Ilustrísima,
como producción, mucho más de los sentimientos en que se hallaba mi co-
razón, que de la pobreza y cortedad de mis talentos; asegurado de que no
hablando a aquellos atribulados fieles, in sublimitate sermonis, sino propo-
niéndoles simple y sencillamente las verdaderas causas de aquellos trabajos
y padecimientos, procurarían desenojar al Señor de la muerte y de la vida,
con evitarlas en lo posible, y librarse así de sus formidables efectos, y terribles
consecuencias.
Esta Oración, tal cual es, y sin embargo del estilo nada elevado que
contiene, me parece demuestra el grado a que llegaban mis deseos de concu-
rrir, según mis fuerzas, a atajar y cortar los gravísimos daños e inconvenientes
insinuados. Y porque en ella se compendia casi toda la historia, tanto más
sensible, cuando más verdadera de los funestos sucesos y lamentables estragos
de la citada rebelión y hostilidad, me pareció no importuno ponerla también
en manos de Vuestra Señoría Ilustrísima que teniendo las llaves del cielo en
el gobierno y dirección de la Real Conciencia, podía inspirar en el ánimo de
nuestro soberano, no las ideas tristes que naturalmente podrían producir en
tan católico piadosísimo corazón, la noticia de tantos y tan graves males, sino
el justo consuelo y alegría de ver ya libres dellos y de sus infaustos resortes,
a sus amados vasallos de aquel su Reino peruano, mediante la paz y tranqui-
lidad general que por el patrocinio del cielo, y las prudentes acordadas pro-
videncias que Su Majestad ha mandado expedir, y se publicaron después en
aquellas provincias, se empezó a experimentar.
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