Page 438 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
Informe sobre las causas de la sublevación de 1781
toda verdadera riqueza y felicidad! Mas, no sólo adquirieron el imponderable
interés de mejorar tanto de fortuna en la adquisición y logro de aquellos eter-
nos e inconmutables bienes, sino que les nació también con ellos, el claro día
de aquella felicidad temporal que produce la vida sociable, civil y política; la
conversación racional y bien establecida, y la industria conocida y ejercitada;
pues el católico celo de nuestros Soberanos, y el desvelo de sus leales vasa-
llos, no sólo se empleó en que los americanos fuesen instruídos en la doctrina
cristiana, alumbrados con las luces de la verdadera religión, e ilustrados con
los principios y medios de merecer la eterna bienaventuranza en la práctica
de las virtudes; sino que puso una gran parte de su esmero en manifestarles
prácticamente las reglas de una cultura digna de gente racional, que les hicie-
se abolir y renunciar las bárbaras costumbres que los tenían miserablemente
sumergidos y reducidos al instinto sólo de sangrientas fieras; consumiéndose
y devorándose unas a otras las naciones, como ignorantes enteramente de los
fueros de la Humanidad, de las amables leyes de la caridad, y del destino de
aquel dichoso fin con que el Soberano Autor de la Naturaleza unió y enlazó
entre sí todos los hijos de Adán.
Y aún fué más lejos la económica feliz providencia de nuestros monar-
cas; pues no se terminó hasta instruir a los americanos en el modo de labrar
y cultivar la tierra, de lograr y gozar de sus frutos mediante la agricultura, y
de aumentar así mismo sus intereses temporales, con la aplicación al tráfico,
manufacturas y comercio dentro y fuera de sus respectivos países.
De todo esto se infieren precisamente las legítimas consecuencias, de
que los reyes de España más que para sí mismos, conquistaron las Indias para
sus naturales; que si adquirieron el dominio y señorío de ellas, no fué para
dominar como dueños y señores a sus siervos y vasallos; sino para asegurar en
la posesión de aquellos dominios los medios más proporcionados de ejercer
perpetuamente, con aquellas miserables gentes, oficios de los más tiernos y
amorosos; padres en enseñarlas, alimentarlas y protegerlas; que la misma luz
que recibieron con la fe de las cosas sobrenaturales, les alumbró también para
ver y conocer las leyes y fueros de la Naturaleza de que los tenía tan remotos,
no sólo la ceguera a que inducen las pasiones desordenadas, sino los prejuicios
o preocupación derivada de la perversa educación trasmitida de padres a hijos
en el seno de la idolatría y gentilismo.
Bien patente y manifiesto era todo esto, Ilustrísimo Padre, a los que
con ánimo imparcial y pensamientos cristianos y desinteresados veían los
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