Page 416 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
Estado del Perú
al Rey y a la Patria, teniendo por su objeto un frenesí sofístico, por el desorden
que han experimentado así en la distribución de la justicia, como en las ma-
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las versaciones y peores conductas, que les ha acarreado la sublevación experi-
mentada, dejándolos en tal constitución de burlados, que a más de parecerles
un sueño, o fingimiento alucinado, han venido a acabar como en un pasaje de
entremés el más célebre.
Parecióles que por ser homicidas crueles de unos españoles despreve-
nidos, habían éstos de consumirse; pero luego que han visto tan crecidas co-
lumnas en su defensa, han bajado la cerviz hasta lo ínfimo, dando gracias cada
día al Todo Poderoso y a Vuestra Señoría Ilustrísima, por el Indulto General,
de no ser cada cual un vivo ejemplar del castigo. Ahora saben de prefijo como
el Insurgente, o Inca, que dijo ser, sólo fué un atrevido insultador, o traza de
máquinas, por ver como le pintaba la fortuna; pues les ha dejado en patrimo-
nio un llanto incesable, un despeño, una total ruina en sus padres, mujeres,
hijos, parientes y otros consímiles, de cuya acción, en vez de pedir al Padre de
las Misericordias, por su salvación, les desean otros fines no honestos. 211
La escasez de bastimentos que se experimentaron, por la privación de
los caminos, y ahora su abundancia, les ha abierto los ojos de la razón, como
es una locura, un yerro conocido, un despeño de lo mismo, el pretender pri-
varse de la armoniosa política y racional comunicación con los hombres.
Aquel grande acuerdo que tuvo el Señor Presidente Don Ignacio de
Flores de proveer todos los pueblos con alcaldes mayores españoles; es lo me-
jor y sobresaliente parecer que se ha visto; así para reconocer la reconciliación
de éstos, como para la administración de justicia; y como éstos al manejar, in-
dependientes de los indios e indiferentes a todas sus acciones, tienen la mano
levantada para el castigo, y les hace vivir recatados, estar ojo con ellos, y
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al primer movimiento de deslealtad, probadas sus causas auténticamente, los
desaparecen con el mayor silencio, por evadir alborotos o demostraciones de
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210. Los Indios alcaldes en el tiempo de la sublevación, como ahora tambien; nunca administraban justicia, con aquella seriedad
y pureza que los alcaldes españoles, porque se emborrachaban con ellos. Y si hacen alguna demostración con el suplicante, o reo,
vienen a parar en peleas y maltratos con su alcalde. A los coroneles y justicias mayores del Traidor (Túpac Amaru) no solamente los
aporreaban, sino que otros, haciéndose muy de parte del Insurgente, les quitaban sus puestos; y empuñando el bastón daban contra
ellos, los prendían y todo era un entremés. Estos indios tienen una propiedad de que si un querellante da su queja a un juez, el otro
va a otro, y así hay enredo entre los jueces.
211. Les echan mil maldiciones, y lloran mucho sus atrasos. [nota del autor]
212. Con el alcalde español, si éste se maneja como quien es, no se burlan, porque los castiga bien; y lo que él manda, en justicia, llevan
adelante. [nota del autor]
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