Page 418 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen  1
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            portó desde España a esta América, con los Pizarros y Carbajales, dió avance
            a los indios, y mirando de ceño a los riesgos y la muerte, logró al fin poner en
            sus corazones la simiente evangélica.  Pero todo fué allá en el origen de su
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            gentilidad negativa, cuando éstos ignoraban que cosa es Dios, el Rey y el ma-
            nejo de las almas españolas, que a saber y no haberse interpuesto el Cielo,
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            como sucedió en tiempo del Rey Manco Inca, último Señor natural de este
            Imperio, con una piedra que cada indio hubiera arrojado contra los españoles,
            no quedaría uno a hacerle buen rostro a la vida; porque eran sujetos de poder
            trastornar un cerro tras de otro, por su muchedumbre. 217
                    Y ahora que saben qué cosa es Dios, el Rey y la incontrastabilidad de
            sus valerosas armas y su manejo; y con todo solamente confiados en sus palos,
            hondas y pocos fusiles,  se han atrevido a desertar de Dios, del Rey y de la
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            Patria, violando iglesias, matando españoles en lugares sagrados, estropeando
            con su irreverencia el Augusto Sacramento y sagradas imágenes, queriendo
            quizás vivir sin Dios, Rey ni Ley.  Y, con todo, volver a contrastarlos al do-
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            minio, a la obediencia y al vasallaje más rendido, es la mayor hazaña, y más
            hazaña que el hombre más invicto y generoso pudo conseguir; es el servicio
            más heroico y fidelísimo, que el vasallo más leal pudo hacer al Real Trono; es
            la victoria que el más feliz, y más que feliz pudo contar entre los más célebres
            atletas del Mundo; es el término completo de complacencia, que corazón bi-
            zarro pudo conseguir; es ser, finalmente, un propio alter ego del Señor Don
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            214. «Historia de la Conquista del Perú». [nota del autor]
            215. El caso y pasajes de la Conquista, con todas sus circunstancias, están pintados en dos lienzos grandes a los lados de Nuestra
            Señora de la Antigua, en la catedral, que está mirando la puerta principal que se llama el Perdón. [nota del autor]
            216. El lugar donde bajó Nuestra Señora se llama Cuismanco, esta es ahora la iglesia del Triunfo, curato de los indios. Todavia se
            mantienen el retablo de piedras que hicieron los antiguos para Nuestra Señora de la Asumpta, y la cruz de chonta con la que el
            Ilustrísimo Señor (Vicente) Valverde amansó al león que salió a matarle. Esta la sacan en andas por la fiesta. Los nobles, electores y
            alfereces pasados hacen la función el día de la octava de Nuestra Señora de la Asunción, y el indio alférez actual, vestido de golilla, lleva
            el guión de Nuestra Señora, y es la función muy solemne. Marchan a la española, y dan su vuelta por las dos plazas. [nota del autor]
            217. Diez o veinte mil indios, dice la «Historia del Perú», que suelen concurrir a cualquiera empresa. En el Cuzco y en otros lugares se
            ven obras que admiran, no por su edificio sino por la linda canteria; y muy bien ajustada, no habiendo ellos conocido fierro ni acero;
            las piedras son de ala de mosca, pedernal y otras muy vidriosas; véanse las de Sacsayhuaman, el monasterío de Santa Catalina, Santo
            Domingo, San Borja, etc. En varios lugares de esta capital del Cuzco, se ven unos caminos hechos a manos, muy derechos, por donde
            andaba el Inca en hombros de sus capitanes, sentado en su anda de oro y cojines de pedrería de muchísimo costo. [nota del autor]
            218. El Rebelde (José Gabriel Túpac Amaro) según ví tenia muy pocos fusiles, algunas escopetas y varios cañones, de a cinco cuartas
            y otros de siete. Los indios de Lares habían hecho fusiles de madera, muy bien. retobados con pellejo; se infiere que dos concurrían
            a la maniobra de disparar. Cuando estuve preso en Tinta de vuelta del Cuzco, ví uno de éstos en poder de un indio de Lares; y José
            Gabriel le regaló mucho. [nota del autor]
            219. Desde que empezó el alzamiento, vivieron los indios sin ley, ni el Rebelde los podía contener; fincaron mucho en robar y tener
            dos mujeres y algunos tres. En Ucubiri, anexo de Umachiri, dos días antes que llegara la tropa de Paruro, un indio coronel, nombrado
            Lupaca, ahorcó a un indio que tuvo tres mujeres; porque mató al marido de las dos, para quedarse con ellas. [nota del autor]



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