Page 415 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            tuvo mandado a sus discípulos, cuando iban de peregrinos a sus destinos,
            llevando la simiente evangélica.




                                            PARRAFO V
               Epilogóse todo el contexto del sistema probado, en el que se han visto los
              singulares servicios de Su Ilustrísima, y se realza con las heroicidades de los
                                 cuatro leales y nobles americanos.



                    De esta no pensada restitución de los españoles, criollos y otros nobles
            europeos  a sus respectivos puestos; de esta imponderable sujeción de los
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            más contumaces cabezas, rendimiento y un total vasallaje a nuestro amable
            Monarca y Señor se ha logrado el que el territorio y naturales de este dilatado
            Imperio gocen de una fraternal correspondencia, de una tranquilidad indeci-
            ble, con tal esmero que no los servicios anticuados, ni los estatutos acostum-
            brados, en reconocimiento de superioridad, han menguado; me parace que
            hoy tienen y disfrutan mejor giro que antes, por estar todos muy escarmenta-
            dos y penitenciados en sus propias personas. La subsistencia del Real Erario,
            el aumento del patrimonio del Soberano y la decadencia de sus gastos muy
            crecidos, tienen hoy mejor lugar, así por escasear ya las columnas guerreras,
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            girando a sus destinos, como por el mayor anhelo y esmero, con que los natu-
            rales, con sus respectivos tributos, propenden al cuantioso incremento.
                    El terror y un total reconocimiento al valor incontrastable de las armas
            españolas es indecible; porque a más de traer a la memoria sus lamentables
            estragos, miran hoy con cuatro ojos su enmienda y final perseverancia en su
            lealtad, precaviendo con un manejo racional su desventura, si acaso caen re-
            incidentes. La experiencia con sus acasos les han dado a conocer y reconocer
            como la sublevación pasada ha sido sólo una inconcertada máquina, un em-
            buste encubierto, una falacia traidora y una fantástica contraposición a Dios,

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            208. Desde que los corregidores se restituyeron a sus provincias –ahora en este virreinato de Buenos Aires hay gobernadores y sub-
            delegados- las minas empezaron a correr; todos los indios se han habilitado y llenándose de víveres. Con el vigilante y recto gobierno
            de los señores delegados están los indios muy humildes y consolados, porque estos señores los protejen y defienden mucho. [nota
            del autor]
            209. En los destacamentos de las provincias y partidos los señores subdelegados mantienen solamente con sueldo real a aquellos
            soldados muy precisos, para custodiar todo su gobierno. [nota del autor]



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