Page 417 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
la gentalla, que tal vez de sentidos pudieran ocasionar cosas no pensadas.
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Con estos ejemplares, aún los más atrevidos se contienen, los culpados se
guardan, y todos se excusan de dar seña de su gente la más mínima demos-
tración de reincidencia. A la construcción de las casas incendiadas acuden
con lo preciso, buscando con este político comedimiento muchos motivos de
amistad, reconciliación y reconocimiento de dominio al español, bajo del cual
están y estarán toda su vida, aunque no quieran.
Estas felicidades experimentadas, este sosiego y recíproco amor, y me-
jor versación con los españoles, este manejo de los reales jueces, estas bellas
disposiciones de gobierno, cautelas y demás prevenciones, efectos son del In-
dulto General concedido, servicios son muy leales a la Real Majestad; pues
redundan en beneficio del mejor obsequio, que el más fervoroso y apasionado
vasallo, muy leal, puede hacer en reconocimiento a su Señor natural; y siendo
todo lo referido conseguido a instancias, desvelos, fatigas, llantos y otras de-
mostraciones pastorales de Vuestra Señoría Ilustrísima, viénese a los ojos de la
razón más inculta y apasionada, que todo es brote del amor, anhelo y servicio
que Vuestra Señoría Ilustrísima ha hecho y hace, cada día, a ambas Majestades
y a la Patria; y sentir lo contrario, sería querer, con la mayor locura, ofuscar
los rayos del Sol, o pretender cual otra mariposa avarienta, apagar la luz, para
caer de rostro, hecha pedazos, como Phaeton, poniendo en confusión al Orbe
entendido, por no querer contumaz, o no poder frenético gobernar las ruedas
del lucido carro del Sol de la razón, como lo cantó Ovidio.
Rendir un corazón indiferente, avasallar al que Señor no tuvo, y poner-
le yugo al que libre vivió, hazaña es de hidalgo muy ilustre; porque sus empre-
sas arguyen nobleza y bizarría de ánimo. Pero rendir al contumaz, contrastar
al Revelado y domar al remontado es la mayor hazaña, que se puede inferior
del más acendrado hidalgo y generoso pecho, que dichosa la Naturaleza pudo
darle la mejor cuna; es el más aventajado lauro que César, el más dichoso,
pudo haber conseguido. Pues disfruta ufano, como victorioso, el laudable tro-
no de sus merecimientos y servicios leales a Su Majestad, el Señor Emperador
Don Carlos V.
El Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Doctor Fray Vicente Valverde,
dignísimo y primer obispo de este Perú que, según refiere Garcilaso, trans-
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213. A la media noche es cuando desaparecen éstos, y cuando recuerda la gentalla, los delincuentes ya están descansando en el cuartel
o cabeza del partido. [nota del autor]
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