Page 421 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
ñoría Ilustrísima con el indulto general concedido, las miró, Sol hermoso, y
las liquidó al perdón, con justa razón: ad perpetuam rei memorian; le debe
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echar su amada América este lema: oculi Dei ad nos; porque, cada día y cada
momento, experimenta reconocida los efectos de sus piedades, desvelos y cui-
dados.
Al celo caritativo, amor, fatigas y diligencias pastorales de Vuestra Se-
ñoría Ilustrísima, debe esta América el que los Rebelados, desechando las fal-
sas persuaciones, retornen al debido conocimiento de Dios, del Rey y de la
Patria. Por Vuestra Señoría Ilustrísima están estas afligidas provincias, logran-
do tan grande consuelo de paz y fraternal amor. A las fervorosas oraciones y
pública penitencia de Vuestra Señoría Ilustrísima, han merecido estos obsti-
nados sacrílegos rehacerse de ministros sagrados, para lograr los beneficios
de la Divina Clemencia, por haberse ya aplacado el Dios de los ejércitos. Al
amor, solicitud y fatiga de Vuestra Señoría Ilustrísima se debe el que el Rey,
mi Señor, restablezca este su Imperio, sin la mayor pérdida de su patrimonio,
mengua de su erario, y lo que es más y más de su real agrado [ilegible] pobres
indios neófitos no habían perecido todos, tiernamente estimulados [ilegible]
a fuego y sangre, como tuvieron por conveniente ambos Excelentísimos Se-
ñores Virreyes de Lima y Buenos Aires, en defensa de la Real Corona; porque
Vuestra Señoría Ilustrísima ha sido el despique de su real clemencia, desagra-
vio de sus ofensas y nuevo restaurador de su Imperio.
Con que, sin duda, podrá decir que es Vuestra Señoría Ilustrísima la
famosa piscina de Hesebon, donde por miles y millones sanan los mortales, y
no como la de Siloe y Betsaida, que allá aunque bajaba un ángel a remover
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sus cristales, apenas sanaba uno, y eso apenas; que los ojos de Vuestra Señoría
Ilustrísima son como las palomas de la Palestina muy fecundas; finalmente,
que la sombra de Vuestra Señoría Ilustrísima es como la del Apóstol Príncipe
que con sólo abrigar, sana; dichoso que disfruta gustoso, porque es la escala de
sus mayores ascensos. Reconocida, pues, y millones de veces agradecida a sus
singulares beneficios le vive a Vuestra Señoría Ilustrísima su amada América;
y cual otro Fénix que abrasado entre las llamas del real incendio, revive para
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222. Es la grandeza. de las bulas pontificias que demuestran la superioridad y majestad de la Santa Sede Apostólica. Léase la «Historia
Pontifical» escrita por el licenciado Illescas. [nota del autor]
223. Ioan. 5-4. [nota del autor]
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