Page 331 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Sirenas en accion de musica, ó Leones en gesto de mitigar su fiereza al embe-
leso del espectaculo, ó de esfinges aladas que unian la suavidad humana a la
indomabilidad de las fieras.
En el centro del muro interior y principal qua hazia la testera se coloco
una magestuosa aguila que en sus fuertes garras aseguraba el escudo de las Ar-
mas Reales de España; y a los dos lados dos figuras que al tributarle sus respe-
tos, le entregaban una llave y un baston como en reconocimiento de su Impe-
rio. Aumentaban la perspectiva tres grandes Tarjas que llevaban grabadas en
su seno la inscripcion de tres Vivas al Rey N. Señor y a sus Altezas Reales los
Serenisimos Principe y Princesa de Asturias. En el aire y como en postura de
volar estaba la Fama en un caballo de alas, con un clarin que indicaba su ansia
de propagarse. En los extremos se apostaron dos figuras de soldados de Infan-
teria, y abaxo otros dos de Caballeria, como que se encargaba de la custodia
del Teatro. Cubria todo aquel dilatado espacio una capacisima toldera que re-
movia los impulsos del aire, y precavia de la inclemencia de alguna intempes-
tiva lluvia. La iluminacion era quanta se podia prevenir para que la noche no
difundiese con perjuicio sus tinieblas. Lamparas de cristal de plata, hachones
por todo el circuito, y teas encendidas que se dieron en aquella ocasion a las
manos de mucho niños, en la confianza de que la atencion al espectaculo las
fixaria en sus puños, fueron las que produxeron aquella iluminacion. Coloco-
se alli un piquete de soldados para contener el menor desorden.
A la derecha del capacisimo Palco estaban las Sillas para los Señores
Oidores; y a la izquierda bancas para el Cabildo Justicia y Regimiento. En un
balcon que hazia espalda al Palco, y con desembarazo internaba en su centro,
tuvieron lugar las Señoras Esposas de los Señores Ministros, y otras que las
hazian compañia. La Orquesta Musica se puso en vecindad proporcionada
para reglar la Danza. En un ovalado muy dilatado se pusieron los asientos de
toda la Ciudad que empezaban desde el ultimo pavimento, y se repartian por
gradas para no embarazar la vista. Los balcones y ventanas de la Plaza, servian
en parte para contener un numero notable de espectadores que no pudieron
hallar lugar en el plano.
Diez y seis Jovenes de viveza, agilidad, y animo desembarazado fueron
los que destinaron a la danza; todos vestidos uniformemente de Coseletes y
calzones de razo liso Nacar, ricas medias blancas de seda, y borceguies blancos
guarnecidos de brillantes lentejuelas, sombreros texidos de vastagos de delga-
da enea, con plumajes vistosos, y airosos listones de cintas de varios colores,
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