Page 326 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
Relación de la fundación de la Real Audiencia del Cuzco en 1788
Terminemos este largo discurso, (concluia). Si decimos que la gloria
esta puesta en las grandes acciones como el deleite en aquellos actos precisos
para conservar el individuo ó la especie, digamos tambien que no es licito
intentarla por si misma, sino como el medio ó el vehiculo de aquellas accio-
nes. Sin aquel deleite, pocos emprenderian los actos que el acompaña; sin esta
gloria pocos tambien arrostraria a la hazañas ilustres; y para hablar con los
términos de la escuela quando la gloria no sea el fin de la obra, es comunisi-
mamente el del operante. Pero vamos ya a las Danzas.
Danzas de Mascaras
La complacencia que se halla en los espectaculos de fuegos y de toros,
no es la mas natural. La horribilidad tiene en ella mucha parte; y si nos rego-
cijamos es porque se advierte que evitamos los estragos que padece el objeto
que nos divierte. Quedamos despues de lo que vemos como timidos y acobar-
dados; y si deseariamos la destreza que celebramos, solo seria para quando la
necesidad nos llevase a los ataques del peligro. No sucede esto con la Danza;
como el arte imita se puede decir que la Danza la imita en su mayor perfec-
cion; quando es mas embelesante y atractiva; quando la alegria la conmueve;
quando el gozo es el director de sus vitalidades.
Nada es mas natural al hombre que el cantar. Es un alivio que se le
sugiere por una especie de instinto para endulzar y suavizar los trabajos de
la vida. Canta el viajero en su camino, el labrador en el campo, el pastor con
su rebaño, el marinero en medio de las ondas, el Artesano en su oficina. Pero
nunca se excita mas la naturaleza a estas primeras expresiones de su interior
que, quando la mueven el placer y el regocijo. Es entonces el canto un especie
de idioma de todos los paises y de todos los hombres. No solo se articula con
la lengua; todas las partes del cuerpo concurren a formarlo; todos los miem-
bros se agitan; los brazos se abren ó se cierran, las manos se sueltan ó com-
primen, los pies se mueven lenta ó rapidamente, las facciones del semblante
se proporcionan a estos movimientos; y todo se corresponde por posturas,
transiciones y progresos: y he aqui naturalmente formada otra expresion del
gozo, que es la Danza. No son pues mas naturales al hombre la voz y el gesto,
que el canto y la Danza.
El que leyere al erudito Luis Cahusac en su Historia de la Danza an-
tigua y moderna, hallara que desde que ha habido hombres en el mundo, ha
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