Page 313 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
res asilos contra estos dardos que el Toro fulminaba de sus espaldas. Los que
se hallaban en sitios de menos defensa, la buscaban en prontos reparos que
oponian, o en un breve retiro. Quedaba el Toro ó enteramente trastornado de
fantasia; o ya irritado con el inesperado artificio; y entonces se le provocaba a
combate; y se solian ver efectos que no era facil esperar antes de su inalterable
sosiego.
Roma ha visto alguna vez espectaculo igneo de alguna afinidad con
este. Ovidio asegura que en ciertas ocasiones se producian en el Circo, rapo-
sas inflamadas, que divertian mucho al Pueblo. Creere que fuese este fogoso
juego de mas peligro que el nuestro; pues era facil que alguno de aquellos poco
corpulentos animales, se insinuase por algunos conductos, sino eran muchas
las precauciones; lo que a nuestro flamígeros Toros no es posible, por lo vasto
de sus cuerpos. El Poeta explica alli el origen de esta fiesta. Otros no quieren
darle otro que una imitacion de lo que practico Sanson en las mieses de los
Filisteos. Prescindamos del origen, y celebremos la semejanza del espectaculo.
Ovidio cantaba asi:
Is capit extremi vulpem sub valle salicti:
Abstulerat multas illa cohortis aves.
Captivam stipula faeno que involvit, et ignes
Admovet. Urentes eftugit illa manus.
Qua fugit incendit, vestitos messibus agros:
Damnosis vires ignibus aura dabat 140
Al concluir la tarde y ya en los aproches de la noche, entraba nuevo
espectaculo en ingeniosos fuegos que se difundian por manos de muchos que
en ligeros caballos esparcian llamas por todo el giro de su carrera, candelillas
que iluminaban la Plaza, y el aire vecino, bostezos inmensos de fuego, que
impregnaban de infinitos corpusculos los vastos campos de la atmosfera, de
incendios que abrazaban todo el circo, y de estruendos que penetraban los
mas reservados retretes de los oidos.
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140. Fast. 4. (pp. nota 1, ed. 1795) En este texto se han corregido algunos errores de transcripción que, al parecer, tenía la primera
edición. Su traducción es: «Él captura el zorro bajo el valle de los extremos sauces. / Ella había alejado muchas aves de su cohorte,
envuelve la cautiva con el heno y cereal y aplica. / Ella escapa las incendiantes manos. / La que huye incendia, los vestidos campos con
cosechas: con funestos fuegos el aura daba fuerzas.» [Traducido por Víctor Córtez Barrionuevo].
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