Page 251 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            sembrados, deguella sus ganados; y entre estragos, incendios, y homicidios,
            se acerca a sus montes, los corona de rebeldes; le ofrece al Cuzco felicidades
            si se rinde, imperio si en el lo reconoce, ruina si persiste firme; lo insulta, lo
            amenaza, lo invade. El Cuzco desproveido de armas, inexperto en su manejo,
            forma el escudo de su defensa, solamente de su lealtad; ella sola le vale por
            muros, y le da la esperanza de su triunfo. El Populacho, la escoria de la Plebe,
            las mugeres febles, hazen todo el esfuerzo de la resistencia. La multitud de
            Indios de su recinto no atiende ni a vinculo de sangre, ni a enlazes de afinidad,
            ni a semejanza de suerte, ni a ofertas de mejorarla; y estable en la obediencia
            que a los Soberanos de España protestó, burla los denuestos de los que le im-
            properaban su cobardia, su indolencia, su abatimiento. Desafian a combates
            particulares a Amigos, a Parientes, a Allegados, a semejantes; y movidos mas
            de las exhortaciones de sus Superiores en la Ciudad, que de los insultos, retos,
            ofertas y excitaciones de los invasores, dan a conocer que se engañaba el que
            juzgó que la menor centella de sedicion bastaba para promover en el Cuzco el
            mayor incendio.
                    Si esto sucedia con los que era prudencia rezelar desertasen de su leal-
            tad, no es ya de admirar que el resto de un vecindario que ha heredado san-
            gre española, y que la ha propagado honoríficamente en tantos renuevos, sólo
            clamase por conservar la dominacíon española baxo de que nacio. Asi se vio
            que no había sujeto, ni aun de mediano esplendor que no detestase la rebe-
            lion. Todos a porfia se ofrecian a que los ocupasen aun en los puestos de mas
            riesgo. El Clero Secular y Regular con su primer Prelado y Prelados ofrecia y
            exhibia con prontitud largos subsidios para el fomento de los que defendian la
            Ciudad; aun se alistaban ellos mismos baxo de particular vandera para pelear
            en caso necesario, por la Patria, por el Rey y por la Fe.
                    Reconocio el Autor de la rebelion la gloriosa fidelidad del Cuzco: ad-
            virtió qué jamás podria dominar, donde dominaba la razón y la Religion; y
            quando menos se penso, huyó vergonzosamente del puesto ventajoso en que
            aposta sus tropas para dañar a la Ciudad. La obscuridad densa de la noche, y
            una tenaz lluvia favorecieron su fuga para que no se le persiguiese. La Ciudad
            protestó el beneficio que el Cielo la hazia, redoblo sus clamores a Dios, reforzo
            sus tropas debiles y fatigadas, animo mas su confianza; y mientras el que la
            deseaba seducir preparaba nuevos refuerzos a sus ahuyentados sequaces, el
            Cuzco recibio auxilios con que los Gefes del Reino lo aseguraron.





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