Page 50 - Debate Constitucional 1993 - Tomo III
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Así como hay el sueño de la casa propia o el sue-  dotarlo de autonomía, de nivel jerárquico, de fuer-
                  ño del partido político propio, en Punta Hermo-  za suficiente para que pueda llevar adelante una
                  sa hay el caso del distrito propio en materia elec-  inscripción seria y auténtica.
                  toral. El alcalde de este distrito viene siendo ree-
                  legido sucesivamente y está en el cargo desde hace  A diferencia de lo que ocurre en Punta Hermosa,
                  doce años y medio. Tiene la curiosa virtud de  debo rescatar un hecho que relaté ayer a los tra-
                  preocuparse siempre por cuántos residentes e-  bajadores del Jurado Electoral. El doctor Pedro
                  lectores natos hay en su distrito para que él efec-  Patrón Faura, Director del Registro Electoral en
                  túe, con el tiempo suficiente, el cambio domici-  el año 1963, tuvo un gesto de hidalguía y hom-
                  liario de personas de otros distritos —básicamente  bría ante el veto de la dictadura a un candidato,
                  de Villa El Salvador y de Villa María del Triun-  desconocido en aquel entonces, llamado Genaro
                  fo— en la proporción suficiente para asegurarse  Ledesma, quien se encontraba preso en El Fron-
                  la reelección.                              tón por motivos políticos —no tenía en ese en-
                                                              tonces a Chumbeque, su perro fiel—. El doctor
                  En Punta Hermosa existían seis mesas electora-  Patrón, en una lancha alquilada por él mismo,
                  les para los residentes naturales de ese distrito;  fue hasta El Frontón a realizar la inscripción elec-
                  pero el alcalde, para asegurarse la reelección el  toral, sin la cual le estaba negada la candidatura
                  año 1989, agregó tres mesas más con seiscientos  al señor Ledesma, porque, quien no puede ele-
                  nuevos electores, a quienes movilizó en ómnibus  gir, tampoco puede ser elegido. De esta manera
                  privados el mismo día de la elección. De esta  se reivindicó la autonomía del Registro Electo-
                  manera, qué coincidencia, en estas tres nuevas  ral, cosa que, como vemos, en Punta Hermosa —y
                  mesas electorales colocadas por el alcalde barrió  no sé en cuantos lugares más pasarᗠno ha sido
                  con los votos. Qué cosa tan curiosa. Pero en las  respetada.
                  seis mesas de los verdaderos residentes del dis-
                  trito, perdió escandalosamente.             Por eso, alcanzo a la Mesa y a la Comisión de Cons-
                                                              titución una propuesta para que, en lugar de que
                  Como quiera que los distritos de Lima tienen un  el Consejo Nacional de la Magistratura elija a ese
                  incremento de población del tres por ciento, el  importante funcionario, éste sea elegido, de una
                  acucioso burgomaestre, siempre preocupado por  quincena o decena que presente el Jurado Nacio-
                  el Registro Electoral, se preocupó de verificar  nal de Elecciones, en sala plena por la Corte Su-
                  cuántos más se habían inscrito para 1993. Llegó  prema. De este modo garantizaremos indepen-
                  a la conclusión que era conveniente agregar cua-  dencia, autonomía, jerarquía y nivel de mando a
                  tro mesas más —por si acaso— con ochocientos  cargo de este importante funcionario.
                  nuevos electores, provenientes, esta vez, de
                  Pachacamac, además de Villa El Salvador y Villa  Quisiera hablar, Presidente, de la "candidatitis",
                  María del Triunfo. Así consigue, con estas siete  una enfermedad o un síndrome moderno que asola
                  mesas de nuevos electores, asegurarse nuevamen-  a las democracias, sobre todo a aquellas, como la
                  te el triunfo.                              nuestra, que están en formación o en dificulta-
                                                              des.
                  ¿Qué quiere decir esto, señor Presidente? Que,
                  si lleváramos este ejemplo a nivel nacional y en-  Ésta es la cédula o "sábana electoral", como fue
                  trasen electores por las fronteras con Chile, Ecua-  denominada en el año 1990 por los personeros
                  dor y Bolivia en la misma proporción que el ac-  de aquel entonces. Esta cédula electoral crecía a
                  tual alcalde de Punta Hermosa empleó para mo-  medida que crecía el apetito voraz por tener el
                  dificar a su deseo la cantidad de votantes, acaba-  status de candidato, que, aparentemente, es muy
                  ríamos con que el Perú podría tener un Presi-  importante para muchos electores.
                  dente proclive a los intereses de los países limí-
                  trofes.                                     Esta cédula electoral le cuesta al país, a este en-
                                                              sangrentado y empobrecido país. Y lo vergonzo-
                  De modo que el fraude se ha tecnificado mucho  so de esto es que, de las veintiocho listas de can-
                  en los últimos años. Ya no hay el bastonazo del  didatos por Lima, de los mil ciento veinte candi-
                  que hablaba mi abuelo en la época de Leguía cuan-  datos a diputados por Lima, doce listas —cerca
                  do él fue elegido diputado; ahora hay un fraude  de seiscientos candidatos— no llegaron ni siquiera
                  muy técnico que se hace sibilinamente, sublimi-  a tener el mínimo de tres mil firmas que estable-
                  nalmente, a veces a través de la televisión —como  ce la ley desde el año 1962 para tener derecho a
                  lo fue en 1986 en la elección municipal— o am-  ser candidato. Quiere decir que no sólo exagera-
                  pliando el Registro Electoral.              ron su "candidatitis", su status social y su ego
                                                              personal, sino que seguramente falsificaron las
                  Cuando hablamos del Registro Electoral, concuer-  firmas, porque en un caso no llegaron a mil vo-
                  do con el proyecto de la mayoría en el sentido de  tos sobre una población electoral de tres millo-



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