Page 89 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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El señor CHIRINOS SOTO (R).— ¿Me per-       nos. Yo insisto, un préstamo no es un ingreso fis-
                  mite una interrupción?                      cal, no lo puede ser, por definición; por consiguien-
                                                              te, a mi juicio, esta frase sobra o, en todo caso,
                  El señor MOREYRA LOREDO (SODE).— Sí,        habría que reformularla de manera que no con-
                  cómo no, señor Chirinos, con la venia de la Pre-  tenga una contradicción de por sí.
                  sidencia.
                                                              Luego sigue una frase que, francamente, yo la
                  El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-       veo inconveniente: "Los préstamos del extranje-
                  pir el señor Chirinos Soto.                 ro no se destinan a los gastos corrientes". Señor
                                                              Presidente, en este año —y eso ha sucedido en
                  El señor CHIRINOS SOTO (R).— Señor Pre-     todos los años— hay muchos préstamos que sí se
                  sidente, tanto el primer párrafo del artículo al  destinan a los gastos corrientes. Por ejemplo,
                  que se refiere el doctor Moreyra, como el segun-  estamos destinando ahora ingresos —que se lla-
                  do párrafo, tienen que ver mucho con la política  man del Grupo de Apoyo— que son préstamos o
                  presupuestal bajo los últimos gobiernos, en par-  ingresos que provienen de instituciones como el
                  ticular bajo el gobierno inmediatamente anterior.  Banco Mundial —los créditos financieros— o del
                                                              BID, que se usan para el pago de la deuda públi-
                  Decía la Constitución vigente que el presupues-  ca; y este pago de la deuda pública es un gasto
                  to debería estar "efectivamente equilibrado", y  corriente, típicamente es un gasto corriente, en
                  los ministros de Economía y Finanzas presenta-  aquella parte que se refiere a intereses. Por con-
                  ban un presupuesto y decían, siempre, que esta-  siguiente, estas operaciones que —repito— se
                  ban equilibrados. ¿Y cómo se equilibraba el pre-  están realizando ahora y sin las cuales el actual
                  supuesto? Con los préstamos del Banco de la  presupuesto no podría equilibrarse, no podrían
                  Nación y el Banco Central de Reserva. Si al Mi-  realizarse conforme a esta norma presupuestal.
                  nistro de Economía le faltaban cien mil millones  Dicho entre paréntesis, el actual presupuesto
                  de soles —por decir una cifra débil— ponía: "in-  vigente tiene un déficit de dos y medio por cien-
                  gresos, préstamo del Banco Central o préstamo  to, déficit que se cubre con el ingreso de présta-
                  del Banco de la Nación: cien mil millones de so-  mos extranjeros, es decir, no hay una creación
                  les". Ése es el punto.                      interna de moneda, pero sí hay un desequilibrio
                                                              que está cubierto por estos préstamos extranje-
                  El punto es que el dinero que adelante el Banco  ros.
                  Central o que preste el Banco de la Nación, si
                  tiene recursos para prestar, puede ser contabili-  Presidente, el señor Chirinos me pide otra inte-
                  zado como ingreso fiscal para el efecto de decla-  rrupción.
                  rar que el presupuesto está equilibrado. Hemos
                  querido salir al paso, enérgicamente, a esa co-  El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-
                  rruptela, enérgicamente, en la medida de lo po-  pir el señor Chirinos Soto.
                  sible.
                                                              El señor CHIRINOS SOTO (R).— Creo que
                  El señor PRESIDENTE.— Puede continuar,      puedo contestar las tres observaciones del doc-
                  señor Moreyra.                              tor Moreyra.

                  El señor MOREYRA LOREDO (SODE).—            La última, sobre gastos corrientes. Se va a cam-
                  Señor Presidente, vuelvo a repetir, los presupues-  biar de expresión para dar a entender de lo que
                  tos nunca están totalmente equilibrados; pero  se trata, que es gasto burocrático. La segunda,
                  admito que han habido excesos evidentes frente  que los préstamos del Banco Central de Reserva
                  a las posibilidades que hay, y que, por consiguien-  no se contabilizan como ingresos; no hay tal
                  te, como principio, podría quedar.          contradictio in adjectun, basta revisar los presu-
                                                              puestos del gobierno anterior para ver que en la
                  Pero decir ya que los préstamos no se deben con-  Ley de Endeudamiento se consideraban como
                  tabilizar como ingresos —cualquiera que sea la  ingresos los préstamos del Banco Central y del
                  historia pasada donde eso ha sucedido, y no lo  Banco de la Nación para el efecto de equilibrar
                  dudo, es un evidente exceso—, es decir algo con-  el presupuesto.
                  tradictorio: ningún préstamo, por definición, es
                  ingreso.                                    Y en cuanto a la primera, todos sabemos que es
                                                              una aspiración tener un presupuesto "efectiva-
                  De tal manera que si alguien leyese esto sin co-  mente equilibrado", no sólo nuestra. El doctor
                  nocer los antecedentes, por lo menos diría que  Moreyra no ignora —estoy seguro— que en los
                  quienes han redactado esto carecían del conoci-  Estados Unidos hay una fuerte corriente de opi-
                  miento elemental de lo que significan los térmi-  nión para introducir una enmienda en la Consti-



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