Page 849 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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Nacional, que deben, desde luego, desenvolverse  porque no tiene mayoría en el Senado. De mane-
                  en sus funciones dentro del respeto a la Consti-  ra que el Presidente de Chile es un presidente a
                  tución del Estado.                          medias, como ya he tenido ocasión de señalarlo.

                  Por eso, señor, en primer término, tengo que de-  El Presidente del Perú es un jefe supremo cabal
                  cir que estoy de acuerdo claramente con el pre-  de las Fuerzas Armadas, porque tiene poder de
                  cepto según el cual el Presidente de la República  nombrar y —por supuesto— de destituir a los
                  es el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y de  comandantes generales. Por eso —naturalmen-
                  la Policía Nacional.                        te— yo no simpatizo para nada con un proyecto
                                                              de ley que lleva la firma de Lourdes Flores y que
                  Yo lo digo y lo repito para que enseguida la ma-  tiene como fin quitarle esa atribución al Presi-
                  yoría entienda bien mi posición. Mi posición no  dente, es decir, "pinochetizar" al Presidente del
                  es de ninguna manera contra la calidad de Jefe  Perú.
                  Supremo de las Fuerzas Armadas y de la Policía
                  Nacional, que corresponde al Presidente de la  Desde luego, señor, también estoy de acuerdo con
                  República, y que le es propia no por llamarse tal  que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional
                  o cual, sino porque ha sido elegido por el pueblo.  no pueden ser deliberantes. En ningún país civi-
                  El pueblo es el soberano.                   lizado del mundo las Fuerzas Armadas son deli-
                                                              berantes; porque "deliberar" —y me remito al Dic-
                  El primer ciudadano, el Jefe del Estado y quien  cionario de la Real Academia Española— signifi-
                  personifica a la Nación, es el Presidente de la  ca sopesar el pro y el contra de nuestras decisio-
                  República. Por eso, al Presidente de la Repúbli-  nes y de nuestros votos antes de emitirlos. Y la
                  ca le deben obediencia las Fuerzas Armadas en  Fuerza Armada no vota, la Fuerza Armada no adop-
                  su calidad de Jefe Supremo.                 ta determinaciones; por consiguiente, no es deli-
                                                              berante.
                  En Constituciones anteriores a la de 1979, señor
                  Presidente, por un exagerado prejuicio civilista,  Y sostener que las Fuerzas Armadas no son deli-
                  se decía que, para asumir la comandancia de las  berantes es un tributo a su jerarquía y su disci-
                  Fuerzas Armadas, el Presidente de la República  plina. Si deliberasen los generales de división,
                  tenía que apartarse de la Presidencia y obtener  deliberarían los coroneles, los capitanes y, por
                  el permiso del Congreso. En 1979, dejamos de  último, deliberarían los sargentos, los cabos y los
                  lado esos excesivos pruritos civilistas para adju-  soldados rasos. Eso no puede ser. En las Fuerzas
                  dicarle al Presidente de la República su jerar-  Armadas no hay deliberación.
                  quía de Jefe Supremo, tanto en tiempo de paz
                  como en tiempo de guerra.                   Ahora, se tiene que entender perfectamente que,
                                                              al decir que no son deliberantes, no estamos di-
                  Yo propuse en esa oportunidad que al Presiden-  ciendo que no son pensantes; no estamos dicien-
                  te de la República se le llamase, como se le llama  do que las Fuerzas Armadas no pueden ni deben
                  en la Constitución de los Estados Unidos, de don-  planear nuestra defensa o que no pueden ni de-
                  de se ha derivado el nombre del instituto, "Co-  ben rendir informes a su Jefe Supremo cuando
                  mandante en Jefe", porque el cargo de Jefe de  él lo solicite.
                  las Fuerzas Armadas debe suponer el comando
                  de la misma: quien no comanda no es jefe.   No estamos diciendo —ni mucho menos— que
                                                              no haya, como sí la hay, amplia libertad acadé-
                  En la Constitución española —el doctor Ferrero  mica en las escuelas de oficiales, en las escuelas
                  seguramente va a deplorar que yo cite estos ejem-  superiores de guerra y en los centros de altos
                  plos—, el Rey es el Jefe de los Ejércitos; así se  estudios militares. No estamos quitando para na-
                  habla en España: "los Ejércitos de aire, mar y  da a los individuos de las Fuerzas Armadas —eso
                  tierra".                                    se tiene que entender muy bien en nuestra oficia-
                                                              lidad— el derecho de pensar y opinar a título
                  Señor Presidente, yo concibo un Jefe Supremo  personal.
                  de las Fuerzas Armadas que sea jefe a cabalidad.
                  El señor Presidente de Chile no es un jefe a  Yo puedo recordar, señor Presidente, que en Fran-
                  cabalidad de las Fuerzas Armadas, porque no tie-  cia, antes de la Segunda Guerra Mundial, Char-
                  ne poder para nombrar ni para destituir a los  les de Gaulle publicó, cuando era un simple co-
                  comandantes generales de las tres armas. Y por  ronel, un libro al que llamó El Ejército Profesio-
                  eso el señor Presidente de Chile tiene que sopor-  nal y en el que vaticinaba la guerra de tanques.
                  tar como Jefe del Ejército al general Augusto
                  Pinochet Ugarte, quien fue trece años dictador  Nada impedía a De Gaulle, siendo oficial en acti-
                  en ese país, y no puede modificar la Constitución  vidad, escribir y publicar un libro en el que sos-



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