Page 673 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
P. 673

1979, y que hoy, en la Constitución de 1993, le  la inevitable imperfección de la democracia, y las
                  quiere quitar por razones que no se han aclara-  que son ilegales. Aceptemos las que son consecuen-
                  do. Pero no es eso solamente; hay algo más.  cia de la imperfección democrática, como todo sis-
                                                              tema, y luchemos contra las que son ilegales. Pero
                  La tentativa está orientada a disminuir lo que  no hagamos que, porque el Presidente candidato
                  ellos creen que es las prerrogativas excesivas del  pudiese tener alguna ventaja, eliminemos la re-
                  Presidente de la República.                 elección para mantener una utópica democracia
                                                              perfecta y, de paso, impedir que el pueblo tenga la
                  Muy bien, veamos cuáles son: una, observar la  posibilidad de reelegir.
                  ley; señor, la observación de la ley es tradicional-
                  mente una prerrogativa del Presidente de la Re-  Vamos a analizarlo. Mire usted, señor Presiden-
                  pública. Segunda, reglamentar la ley. ¿Dónde no  te, obviamente, el hecho de que el Presidente de
                  puede el Presidente de la República reglamen-  la República sea el candidato le permite, sobre
                  tar la ley?; que, además, según la ley peruana,  todo, una presencia permanente en el debate po-
                  tiene que estar refrendada por el ministro al que  lítico y, en consecuencia, la memoria del votante
                  le corresponde el decreto supremo que se trata  lo tiene registrado con una plenitud mucho ma-
                  la materia de su ramo. De lo que resulta, enton-  yor que cualquier nuevo candidato que compita
                  ces, que lo que está queriendo el Partido Popu-  con él. Eso es indiscutible. Pero eso es en todas
                  lar Cristiano, a través del teórico fortalecimien-  partes del mundo, y eso no se puede evitar: igual
                  to del Consejo de Ministros, es debilitar la capa-  cualquiera persona que tenga popularidad esta-
                  cidad administrativa y ejecutiva del Presidente  rá siempre en el registro mental de los votantes
                  de la República.                            con mucha mayor fuerza que una figura nueva.

                  Pero, algo más: en todos los artículos que uste-  No puede decirse que, para que los que ya están
                  des tienen, referentes a las atribuciones del Pre-  no se conviertan en poderosos, los nuevos tienen
                  sidente de la República, hay unos machetazos  que ponerse en el mismo plano, que es imposible;
                  continuos, que van a ser inválidos por el voto de  o los que ya se encuentran, reducirse donde ten-
                  esta mayoría, con el claro intento de reducir al  gan que desaparecer de la memoria y el recuerdo
                  Presidente de la República casi a una figura de-  de sus propios ciudadanos que los han elegido.
                  corativa. Y nosotros, señor Presidente, no lo va-
                  mos a permitir.                             El problema, entonces, está en ver si esta socie-
                                                              dad tiene o no los recursos para impedir el uso
                  Acá se ha planteado por Nueva Mayoría y Cam-  ilegítimo del poder en la campaña electoral. Y
                  bio 90 que los decretos de urgencia se aprueban  eso no depende del Presidente de la República,
                  en el Consejo de Ministros; que el Primer Minis-  sino fundamentalmente de este Congreso y, en
                  tro es el vocero del régimen, el primero, y una  segundo lugar, del Jurado Nacional de Eleccio-
                  serie de atribuciones que serán vistas cuando  nes. Es ahí donde hay que mirar para asegurar-
                  hablemos del Consejo de Ministros. Pero no nos  se que la competencia electoral se dé en tales tér-
                  dejemos sorprender ahora, en el momento en que  minos que nadie puede discutir sus resultados.
                  damos el primer paso para constitucionalizar de-  La responsabilidad es mucho más del Congreso
                  bidamente la figura del Presidente de la Repú-  y del Jurado que de cualquier candidato en ejer-
                  blica, que se intente recortar sus atribuciones.  cicio o fuera de él.

                  Y, recién entonces, señor, con el tiempo que mis  Dijo hace poco el doctor Chirinos Soto, lo que ya
                  colegas me han cedido, paso a la cuestión de fon-  habíamos compartido otros en la Comisión de
                  do.                                         Constitución, que no estaría mal la bajada al lla-
                                                              no del señor Presidente durante un tiempo pre-
                  En la Comisión de Constitución, Sesión Nº 68,  vio a la elección. Yo sé que este asunto en mi ban-
                  del día 9 de junio, constan textualmente, alrede-  cada, señor, no hay una posición, sino más bien
                  dor de las once de la mañana, las intervenciones  considera la mayoría de mis colegas que es un
                  hechas sobre esta materia. Yo no hago más que  asunto no indispensable; porque, en verdad, como
                  resumir lo principal.                       ya se ha establecido en doctrina, en ninguna parte
                                                              donde el Presidente va a la reelección baja al lla-
                  Señor, nadie desconoce los peligros de una reelec-  no. Pero no estaría mal aceptar esa posibilidad
                  ción. ¿Quién los ha negado? ¿Alguien ha dicho acá  que, a título personal, la sigo manteniendo como
                  que el Presidente en ejercicio que quiere ser can-  digna de ser tenida en cuenta.
                  didato en cualquier país del mundo no tiene algu-
                  nas ventajas prácticas? Sí las tiene, señor; lo han  Pero no es ése el problema central. El problema
                  dicho mis colegas. Hay que distinguir —y ahí está  central va por otro lado, que son las normas elec-
                  el punto— las que son legítimas, consecuencia de  torales que impidan favorecer al candidato que



                                                          1551
   668   669   670   671   672   673   674   675   676   677   678