Page 617 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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y por los que los exterminan con ficción de resis-  estar propenso a agarrar un fusil y a jalar quizás
                  tencia o combate, o frente a las ejecuciones  la palanca de una silla eléctrica.
                  extrajudiciales llevadas a cabo por los poblado-
                  res que se toman la justicia por sus propias ma-  En el Perú, la pena de muerte ya existe. La cues-
                  nos.                                        tión no es si es lícita o no. Muchas veces, algunos
                                                              cuestionan acá la pena de muerte, pero no se
                  En nuestra sociedad somos testigos de cuantas  ponen a pensar que es una cuestión de principio.
                  ejecuciones extrajudiciales se han producido en  La pena de muerte ya se da, es un hecho en el
                  el área de Lima Metropolitana. Ni la opinión pú-  Perú. Lo que tenemos que ver es a quién vamos
                  blica, ni la misma prensa —a Dios gracias—, ni  a aplicársela.
                  organismo internacional alguno levantó su voz
                  de protesta cuando en San Juan de Lurigancho  La legitimidad de la pena de muerte proviene de
                  lincharon a una señora sólo por el hecho de en-  si es necesaria o no para erradicar la delincuen-
                  contrarla robando ropa. Hay muchos casos en San  cia asesina e implantar la justicia. El valor su-
                  Juan de Miraflores de personas enterradas vivas  premo es el bien social. Si para ello se hace nece-
                  por los pobladores del lugar.               saria la eliminación violenta de sus miembros que
                                                              son asesinos, entonces, y en la medida que sea
                  En Comas hay casos, también, de personas que  necesario, es justo usarla.
                  han sido linchadas. En La Victoria tenemos el
                  caso de una persona morena, a la que los pobla-  Tenemos, señor Presidente, un ejemplo en San-
                  dores mataron introduciéndole clavos en la ca-  to Tomás de Aquino, que dice: "Así como es lícito
                  beza, y con su sangre escribieron en una pared:  eliminar aquel cuerpo putrefacto para que no siga
                  "así mueren los rateros". Creo yo que toda la opi-  corrompiendo a todo el organismo, también es
                  nión nacional conoce ese caso, porque la prensa  lícito eliminar a aquel delincuente desalmado y
                  lo divulgó.                                 corrompido".

                  Las últimas ejecuciones extrajudiciales se pro-  Cuando la violencia asesina y social adquiere pro-
                  dujeron en Santa Anita, donde un grupo de enar-  porciones tan tremendas como las que ha adqui-
                  decidos comerciantes agarraron a tres supuestos  rido en nuestro país, el ser tolerantes con ella es
                  ladrones, les quebraron las columnas, los rocia-  contribuir al incremento y fortalecimiento del
                  ron con gasolina y les prendieron fuego.
                                                              terror y la muerte de los más indefensos. La pa-
                                                              sividad, en estas circunstancias, es complicidad.
                  Señor Presidente, muchas veces, como se dice,
                  ésta es la demagogia en lo punitivo, la apología  Pienso que lo adecuado es establecer sanciones
                  silenciosa del crimen y la complicidad y el alien-
                  to a través de la compasión, siempre que el deli-  severas, pero dentro de los marcos legales e
                  to no afecte de cerca.                      institucionales; porque, como dice José León
                                                              Pagano, un tratadista argentino, lo real es que
                  Algunos congresistas afirmaban que aquellos que  las penas graves, cuando hay certeza y justicia
                  quieren la pena de muerte deberían ser los ver-  en su aplicación, contienen las manifestaciones
                  dugos, deberían ser quienes disparen el fusil y  delictivas.
                  quienes jalen la palanca de la silla eléctrica. Yo
                  creo que cualquier persona que se vea afectada  En nuestro país, mientras ha estado en vigencia
                  de cerca por cualquier delito, o cualquier perso-  la pena de muerte, ésta sí ha tenido un efecto
                  na que sea testigo, va a estar dispuesta a jalar la  positivo porque ha frenado el crimen. Si analiza-
                  palanca de esa silla eléctrica o disparar ese fusil.  mos veremos que desde que ha estado en vigen-
                                                              cia la Constitución del año 1933, es decir, hasta
                  Comentando con un congresista, él me decía que  el año 1979, la pena de muerte, legalmente, se
                  en Ayacucho un grupo de terroristas incursionó  ha aplicado nueve veces. Pero en los últimos doce
                  en un poblado, donde agarraron a uno de los cam-  años, la pena de muerte se ha aplicado más de 22
                  pesinos y le hicieron un juicio popular. Entonces  mil veces. Entonces, ¿cómo podemos afirmar que
                  la esposa, con su hijo de meses, se aferró al espo-  la pena de muerte no surte ningún efecto?
                  so y los terroristas mataron a los dos de un tiro.
                  ¿Qué hicieron con la criatura? Uno de los terro-  Debemos también diferenciar entre la pena de
                  ristas la asió por los pies y la estrelló contra las  muerte para el asesino, para el homicidio califi-
                  rocas destrozándole la cabeza; los sesos queda-  cado y la pena para el simple homicida. Yo no
                  ron repartidos.                             estoy de acuerdo con la pena de muerte para este
                                                              último, pues nadie está libre de ser un homicida
                  Señor Presidente, creo que cualquier ciudadano  circunstancial, ocasional, llevado por una emo-
                  que presencie ese tipo de acto delincuencial, va a  ción violenta. Es por ello que la pena de muerte



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